ESPECIAL | Conservar la salud visual compromete el presupuesto familiar
Dulce María Rodríguez
Cuando la salud ocular se altera y no se produce la refracción adecuada, se necesita la ayuda de lentes para ajustar la visión. Pero tener una buena agudeza visual que permita ver clara y nítidamente, a distancia o de cerca, representa en la Venezuela de hoy un gasto oneroso en el presupuesto familiar.
En comparación con el año pasado la afluencia de clientes a las ópticas ha descendido, sobre todo en este mes en el que habitualmente los pacientes aumentaban las visitas para los exámenes optometristas, la selección de cristales y la montura aprovechando el cobro de utilidades.
“Las visitas a la tienda se han reducido 60%, pero los que vienen están decididos a cuidar su salud visual y se les busca la mejor”, dijo el encargado de una óptica ubicada en el Centro Comercial Chacaíto que prefirió mantener su nombre en reserva.
Cambiar de lentes porque la fórmula ya no es la apropiada es una necesidad, pero por el alto costo de la vida hay prioridades más urgentes y “las personas están tratando de prolongar el tiempo de uso de sus anteojos”, aseguró el especialista.
En los últimos tres años el precio de los cristales y de las monturas ha subido drásticamente. En 2013 unos anteojos sencillos se podían conseguir por 2.500 bolívares, pero ahora están sobre los 80.000 bolívares, dependiendo de las necesidades del paciente.
Las afecciones más frecuentes son hipermetropía, miopía o astigmatismo. Los lentes necesarios para este tipo de requerimientos sufrieron un alza de 3.100%, por lo que se necesitan 2,95 salarios mínimos establecido en 27.091 bolívares desde el primero de noviembre.
El optometrista recordó que en 2013 la montura más económica costaba entre 900 y 1.500 bolívares, pero actualmente se pueden adquirir sobre los 34.000 bolívares, es decir 3.677% más caras.
Respecto a los cristales, indicó que el costo dependerá de la condición del paciente y si son antirreflejos. Justificó el alza de los precios diciendo que los proveedores de monturas y cristales dejaron de recibir dólares preferenciales para hacer las importaciones. Ahora “las compras las realizan con dólar libre”, afirmó.
Yonaira Rincón, de 46 años, que tiene presbicia y miopía, hace cuatro años pago 12.000 bolívares por sus anteojos. Tenían una montura italiana y los cristales eran antirreflejos, pero los perdió. Este año le cuestan 92.000 bolívares. “Pagaré la mitad con la tarjeta de crédito y el resto con mis utilidades, los necesito y no puedo postergar la compra. Ni modo, ese será mi regalo de Navidad”.
A pesar de las dificultades, en esa óptica que pertenece a una cadena con tiendas en todo el país, llegan a la meta establecida por la organización que se ubica en la venta de entre 120 a 130 unidades al mes. La fuente dijo que actualmente ofrecen entre el 15% y 50% de descuento en las tiendas identificadas para impulsar las ventas.
Mercado seguro
Alguno de los defectos de refracción, como la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia, aparecerá tarde o temprano a lo largo de la vida, por lo que una persona inevitablemente tendrá que utilizar anteojos, aseguran los especialistas. Por lo tanto siempre habrá demanda en las ópticas.
En un establecimiento ubicado en el centro comercial San Ignacio ofrecían monturas, lentes correctivos, de sol y de contacto de diferentes marcas. Sin embargo, se conoció que la gerencia de logística les recomendó, dada la escasez de cristales, controlar la venta de cristales para visión sencilla.
La encargada dijo estar preocupada porque 75% de los pacientes utiliza este tipo de cristal. En particular para fórmulas de miopía, astigmatismo, hipermetropía o la combinación de estas.
Además les sugirieron también restringir la venta de lentes progresivos (para visión cercana y lejana) porque son importados y el inventario es crítico.
Agregó que también están escasos los lentes de contacto. El suministro regular de este producto se puso en riesgo con la salida del país de Johnson & Johnson, que fue la principal empresa proveedor del sector.
En tanto otras empresas que tenían poca participación de mercado han ganado terreno vendiendo nuevas opciones de lentes de contacto aunque los precios de sus productos son altos y lamentablemente siguen en ascenso según el al ritmo del dólar.
La optometrista precisó que 80% de los problemas de visión pueden resolverse con tratamiento o uso de lentes, de allí que considera prioritario contar con suficiente inventario para poder tratar las distintas discapacidades visuales.
Opciones
Jennifer Jiménez, encargada de otra cadena de ópticas, relató que han optado por comercializar lentes digitales personalizados. “Digitalizamos la fórmula en el cristal, para visión sencilla, progresivos y otras necesidades visuales, pero el costo del lente se eleva 80% y no todos los clientes lo pueden pagar”, afirmó.
Además el tiempo de entrega de los anteojos se prolonga de una semana a un mes. Lamentó que solo dispongan del 40% de los productos del portafolio que ofrecía tradicionalmente. Señaló que son pocas las monturas de marcas reconocidas que tienen disponibles y están dirigidas a un target reducido por su alto precio.
Sobre los lentes de contacto indicó que a quienes usan lentes de contacto les ha tocado recorrer varias ópticas para ver si los encuentran. “Los pacientes han tenido que recurrir a sus lentes de montura por la falta de productos en el mercado y otros por el alto precio”, aseguró.