Consejo de Ministros alemán endurece la ley de asilo y agiliza expulsiones
Efe
El Consejo de Ministros alemán aprobó este miércoles un proyecto de ley para agilizar la expulsión de solicitantes de asilo rechazados, que permite asimismo el acceso a los dispositivos móviles de los demandantes para determinar su identidad y endurece las medidas contra los que suponen un peligro para la seguridad.
Según el proyecto de ley, la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF) tendrá la potestad, con la que ya cuentan las oficinas de extranjería, de acceder a los dispositivos móviles para determinar la identidad de los demandantes, en concreto su nombre y su país de origen, en caso de no contar con los documentos identificativos pertinentes.
Se trata de una medida «inteligente y razonable» para determinar la identidad, subrayó en una comparecencia ante la prensa el titular del Interior, Thomas de Maizière, al presentar el proyecto de ley.
Agregó que «no es mucho pedir» que el Estado tome medidas para cerciorarse de la identidad de una persona que está demandando protección.
La mayoría de los peticionarios con perspectivas de recibir asilo por proceder de determinados países cuenta con documentos identificativos, señaló.
Por contra, muchos de aquellos con pocas probabilidades de poder permanecer en Alemania no disponen de un pasaporte válido, «pero sí de un teléfono móvil», lo que permite presuponer que «quieren prolongar su estancia en el país obstaculizando su identificación», agregó.
La BAMF podrá, asimismo, compartir datos sobre la identidad de los peticionarios a las autoridades competentes sin que ello suponga una violación de la privacidad de estas personas.
El proyecto de ley facilita también la detención para su expulsión de aquellos peticionarios de asilo rechazados que representan una amenaza a la integridad física o a la seguridad nacional y contempla también la introducción de tobilleras electrónicas para una mejor vigilancia de sospechosos.
Por otra parte, los estados federados podrán obligar a los peticionarios a vivir durante un tiempo determinado en un centro de primera acogida, prorrogable para aquellos solicitantes sin perspectivas de recibir asilo, que podrán ser expulsados directamente desde allí a sus países de origen.
El año pasado llegaron a Alemania 280.000 peticionarios de asilo, un 68 % menos que en 2015, cuando el país recibió a 890.000 refugiados. EFE