Conozca a la venezolana Fabiola Berton nominada al Oscar
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La película Klaus de Netflix España y SPA Team no sólo fue un éxito durante la temporada decembrina, también destronó a Disney en los Bafta Awards y el próximo domingo desafiará la categoría por el premio Oscar a Mejor película animada.
El encanto de Klaus del cineasta Sergio Pablo radica en la premisa “Un verdadero acto de generosidad siempre provoca otro”. Si alguien cree en esta magia es Fabiola Berton, la artista de iluminación venezolana cuyo ojo se encargó de las luces y sombras en los personajes animados de la producción ahora nominada al Oscar.
Fabiola Berton egresó de la Universidad de los Andes en 2009 como Licenciada en Artes Visuales.
Es artista de iluminación, modelado, texturas, gráficos en movimiento, además de experta en diseño gráfico y dirección de arte. Es artista conceptual, desarrolló personajes y composición en el corto italiano “Il Bacio”. Fue directora de arte y también artista 2D/3D en el corto “I primi 1000 giorni di vita” (Los primeros 1000 días de vida).
Berton consideró que «Venezuela siempre ha estado y siempre estará. Hay muchas “arepitas con queso y guayoyos” en esta historia. Jajaja Más que orgullo, siento un gran amor y una gran alegría de ser parte de la película de animación más hermosa que se ha hecho. Con cada premio que gana Klaus, gana el reconocer dentro de nosotros el niño que cree en la magia, en la bondad, en las buenas historias y en que todo lo bueno es posible».
«Una nominación al Óscar, 7 premios Annie (que son como los óscars en la animación) y ahora el Bafta a Mejor Película de Animación, son grandes reconocimientos al arduo trabajo en equipo y por consiguiente grandes premios para cada uno de países representados en más de 300 personas que trabajaron en Klaus», dijo en una entrevista al portal noticias.com.
¿Qué mensaje te gustaría dejar a los venezolanos en Venezuela y en el mundo?
Mi mensaje para los venezolanos en Venezuela y el mundo sería: tener la certeza de que todo lo bueno es posible. Recrear en sus casas el mundo en el que queremos vivir y promover la honestidad real, el amor a lo que se hace, la cooperación entre hermanos, las palabras y acciones amables que conquistan corazones y tierras. Cada día, aunque sea 10 minutos, recordar buenas cosas, buenos momentos, leer un buen libro, decir una palabra de agradecimiento, concentrarse en las cosas bellas e importantes y buscar hacerlas mejor aún.
Mi mensaje puede que sea algo que, personalmente me gusta hacer y no sé dónde lo escuché: “Adonde vayas, deja el lugar mejor de lo que lo encontraste” y esto aplica a todo: una sonrisa sentida, recoger ese papel del suelo, abrazar a un hermano o decirle que lo quieres. Al final de todo, el conocimiento de que todos tenemos un tiempo determinado para disfrutar de esta vida, nos hace reflexionar como personas y decir: “hoy puedo ser mejor que ayer”. Dónde estés, hagas lo que hagas, mantén firmemente la concentración en ser (y hacer) una persona feliz, serena, dispuesta a abrir nuevas puertas y a cambiar viejas estructuras por vías más amables, más humanas.