Conoce cómo identificar y cuidarse del caracol africano - 800Noticias
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Esta especie exótica oriunda del este de África fue declarada por el Ministerio de Ambiente como dañino y perjudicial para la conservación de la biodiversidad, las actividades productivas y la salud humana por ser una especie invasora y hospedadora de ciertos tipos de gusanos, potenciales causantes de enfermedades zoonóticas.

Cómo llegó al país

El caracol «Achatina fulica», originario del este de África, se introdujo en América, Asia, Oceanía y Europa a causa de la acción del hombre, quien facilitó su rápida dispersión, fundamentalmente para su cría como alimento.

La dispersión también se debió al traslado involuntario adherido a vehículos y a camiones usados en cosechas, a su uso como carnada, al comercio de plantas en macetas, donde se alojan los huevos, y a su tráfico como mascota.

El caracol gigante africano es considerado una plaga gracias a su capacidad de reproducción y porque puede llegar a producir graves daños en ecosistemas y cultivos tropicales.

Además del impacto que puede ocasionar sobre la agricultura y la fauna de caracoles de la zona, también puede transmitir parásitos perjudiciales para la salud humana y la de otros animales.

Dichos parásitos están presentes en la baba del caracol y pueden contaminar frutas y verduras, que en el caso de no ser lavadas correctamente pueden causar enfermedades de origen zoonótico a las personas.

“Este tipo de caracol puede ser portador de nematodos (parásitos) que son perjudiciales para la salud humana. Por eso se recomienda no tocarlos y manipularlos con precaución. Desde el punto de vista del medio ambiente también son muy nocivos porque debido a su velocidad de reproducción y su falta de predadores naturales pueden constituirse en una plaga en muy poco tiempo. Y como tienen un crecimiento muy rápido y comen cualquier cosa pueden constituirse en un peligro para los cultivos”, explicó Emilio Rey, experto en la materia.

A diferencia del caracol nativo conocido vulgarmente con el nombre de «caracol blanco», el africano puede medir hasta 20 centímetros y tiene el borde de su caparazón partido, de forma helicoidal y de color violeta oscuro.

Recomendaciones

• No tocar caracoles.

• Evitar el contacto con la baba del caracol ( Achatina fulica ), especialmente con ojos, nariz y boca.

• Lavar con agua potable las verduras.

• Si tocó el caracol, lavar inmediatamente las manos. También hacerlo luego de tocar las superficies que puedan haber estado en contacto con la baba de caracol.

• No comer caracoles.

• No utilizarlos como carnada, mascota o adorno.

• No utilizar venenos contra el caracol, ya que pueden afectar a niños, mascotas o fauna nativa.

• Elimine del jardín restos de madera, materiales de construcción, tejas o cualquier elemento que pueda ser utilizado como refugio por el caracol.

• En caso de ser necesario, tomar los caracoles con guantes impermeables, colocarlos en una bolsa, aplastarlos y enterrarlos. Los guantes también deben ser enterrados o quemados.

• No permitir que los niños participen de la captura de los caracoles.

• No trasladar caracoles hacia otras zonas. Tener precaución al trasladar plantas u otros elementos del hogar donde los caracoles o sus huevos podrían alojarse.

Con información de Telam.

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