Confirman la cadena perpetua para Mladic, el «Carnicero de los Balcanes» - 800Noticias
800Noticias
Internacionales

ABC

El Tribunal Penal Internacional de La Haya ha confirmado la sentencia de cadena perpetua por genocidio para el líder militar serbio de Bosnia, Ratko Mladic, emitida en 2017 y que sus abogados habían recurrido, alegando que no puede ser condenado por actos que cometieron sus subordinados.

Mladic, sin embargo, ha sido de nuevo declarado culpable por genocidio y por, personalmente, vigilar la masacre en el enclave de Srebrenica, como parte de una campaña por expulsar a los musulmanes, después de que los fiscales presentasen imágenes de la época que mostraban al acusado dándole dulces a los niños, instantes antes de dar la orden de su deportación, mientras sus padres eran ejecutados en un bosque.

Termina así el último y definitivo juicio por los crímenes de guerra en la ex Yugoslavia. El tribunal buscará ahora un país anfitrión dispuesto a albergar a Mladic para el resto de su sentencia. Hasta ahora, 14 países europeos han acogido a convictos del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia como Radovan Karadzic, que fue trasladado a una prisión británica el mes pasado.

El hijo de Mladic, Darko, ha declarado a la televisión serbia que había hablado con su padre y que «se siente en forma y ha escuchado la sentencia en la corte, aunque ya sabía lo que iba a pasar». Para muchos serbios Mladic sigue siendo un héroe de guerra al que homenajean desde sus casas con banderas en las ventanas y al que tratan como un mártir y como víctima de una injusticia. «Es suficiente ser serbio para ser condenado en La Haya», ha declarado Vojin Pavlovic, presidente de la asociación nacionalista que organizó un homenaje a Mladic en la víspera de la sentencia. Para los supervivientes, sin embargo, esta sentencia es «la confirmación de que es culpable de genocidio y crímenes de lesa humanidad, de manera que merece la cadena perpetua», ha declarado Fena Fadila Efendic, presidenta de la Asociación «Madres de Srebrenica».

Efendic, que perdió a su esposo y un hijo en la matanza cometida en julio de 1995 en esa ciudad del este de Bosnia-Herzegovina, da por terminada la lucha para que los responsables fueran juzgados: «Nuestra vida la perdimos, nadie va a devolvérnosla, pero al menos el mundo sabe lo que pasó y quizá sirva para que no ocurra de nuevo».

15 años de fuga

El juicio comenzó en 2012, un año después de la captura de Mladic en Serbia, tras 15 años de fuga. Los jueces internacionales lo hallaron culpable de diez cargos: del genocidio de Srebrenica, donde fueron asesinados al menos 8.000 musulmanes y otros miles sufrieron saqueo y violaciones, así como de cuatro crímenes de guerra y cinco de lesa humanidad. La defensa apeló el veredicto por motivos de salud del detenido, de 78 años, mientras que la Fiscalía presentó un recurso para que fuese condenado también por un segundo cargo de genocidio.

«Lo mínimo que podíamos esperar del fallo final es la confirmación del existente, de la cadena perpetua», celebra Marko Attila Hoare, historiador británico y autor de varios libros sobre «el carnicero de los Balcanes», además de profesor en la universidad privada Sarajevo School of Science and Technology, en la capital bosnia.

Mladic evadió durante 15 años la justicia gracias al apoyo de una red de colaboradores que, durante un tiempo, tuvo conexiones también en altas esferas del poder en Serbia. Pese a que en 1996 el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) ya emitió una orden de captura, siguió disfrutando de una apacible vida protegido por el régimen del autoritario presidente serbio Slodoban Milosevic hasta 2000. En esa época, confiado, realizó varias apariciones públicas y se dejó ver en partidos de fútbol. Incluso volvió a vivir en su domicilio de Belgrado.

Posteriormente, con la caída de Milosevic, se perdió la pista de Mladic, que sólo reapareció en mayo de 2011, en una aldea a 100 kilómetros de Belgrado en la que vivía bajo su propia identidad y sin que ningún vecino hubiera denunciado la presencia del, en ese momento, el hombre más buscado. Solo la exfiscal del TPIY Carla del Ponte gritaba en el desierto y afirmaba contar con indicios de que Mladic permanecía escondido en Serbia, sin que las autoridades serbias hicieran nada al respecto.

Una encuesta publicada la misma semana de su detención indicaba que sólo el 7 % de los serbios estaría dispuesto a delatar el paradero de Mladic, pese a la suculenta recompensa de 10 millones de dólares que se ofrecían por su captura. Ese mismo sondeo mostró que el 51 % de los serbios no revelaría el escondite de Mladic, el 40 % lo considera un héroe y sólo el 34 % estaría de acuerdo con su arresto.

Información de ABC

Síguenos por @800noticias