Con alta alta tecnología los militares le siguen el rastro a Santa Claus
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Según la parte del mundo donde viven, los chicos lo llaman Papá Noel, Santa Claus, Father Christmas o San Nicolás.
Pero la pregunta de todos es la misma: ¿Dónde se encuentra el alegre anciano con su trineo cargado de regalos en la Víspera de Navidad?
Por 64ta vez, un programa de gran popularidad de las fuerzas armadas estadounidenses y canadienses informa en tiempo real la trayectoria de Papá Noel a millones alrededor del mundo.
Este año, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD por sus siglas en inglés) ofrece medios de alta tecnología para que los niños y sus padres puedan seguirlo.
La Operación NORAD Sigue a Santa ha evolucionado desde una llamada a un número equivocado en 1955 a un tractocamión frente a la antigua sede del comando en el monte Cheyenne, a la sede actual de NORAD en la Base Aérea Peterson en Colorado.
En todo ese período, las decenas de miles de llamadas telefónicas recibidas por los voluntarios de NORAD cada año tienen respuesta gracias a una explosión tecnológica que permite a millones seguir la trayectoria de desde el Polo Norte al Pacífico y Asia, desde Europa a América.
Los portales de este año incluyen Alexa, OnStar, Twitter, Facebook, Instagram y aplicaciones en 3-D creadas para los artefactos móviles por Cesium, un contratista de defensa y tecnología informática con sede en Filadelfia. Las aplicaciones integran la tecnología geoespacial y de posicionamiento satelital con gráfica de alta resolución que muestra la posición real de las estrellas, el sol, la luna y sus sombras en cada punto de la trayectoria de Santa.
Se necesita un conjunto de empresas tecnológicas -Google, Microsoft, Hewlett Packard y Bing Maps, entre otras- para crear el efecto global de inmersión para los rastreadores de Santa. El sitio web recibió 15 millones de visitas el año pasado.
Y se necesitan 1.500 voluntarios para recibir los correos electrónicos o las 140.000 llamadas telefónicas al 1-877-HI-NORAD (1-877-446-6723). Los teléfonos y monitores se encuentran en un edificio en la base aérea con vista a los picos nevados hacia el oeste.
Otros voluntarios y firmas donan alimentos, agua y café a los rastreadores.
Los voluntarios cuentan con un manual para garantizar que cada uno que llama puede irse a dormir feliz y satisfecho la víspera de Navidad.
En 1955, el coronel de la Fuerza Aérea Harry Shoup, jefe de turno una noche en el predecesor de NORAD, el Comando de Defensa Aérea Continental, recibió la llamada de una niña que discó un número equivocado que apareció en la publicidad de una gran tienda, pensando que llamaba a Santa.
Con agilidad mental, Shoup le aseguró que así era. Y nació una tradición.
Actualmente, las primeras llamadas llegan de Japón y Europa. El volumen crece bruscamente en Estados Unidos y Canadá. Las llamadas desde Gran Bretaña preguntan por Father Christmas. Las de Francia quieren conocer el paradero de Papá Noel.
Con información de elnuevoherald.com.