¿Cómo limar las uñas de forma correcta en tus manicuras?
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Los manicuristas profesionales reconocen que limar las uñas es un factor determinante en su mantenimiento. A diferencia de lo que muchos piensan, la acción no se limita a suavizar los bordes ásperos o que presentan irregularidades, implica paciencia, práctica y seguir la técnica según la forma que deseamos.
El primer paso del proceso es verificar la disponibilidad de todas las herramientas necesarias de acuerdo al trabajo que pretendemos realizar, ya que no es igual los instrumentos que requiere una manicura básica a la de las uñas de gel u otros sistemas de extensiones.
La clave del éxito radica en comprar limas de buena calidad. Si de recomendaciones se trata, conviene evitar el uso de piezas de cartón y de metal, mientras las primeras suelen ser muy endebles, las segundas, pueden causar desprendimientos.
De esta forma, lo mejor es optar por la versión de cristal. Además de ser más higiénicas, la presencia de micro gránulos suaves la hace menos abrasiva. En cuanto al espacio, es indispensable contar con una superficie plana en la que podamos trabajar cómodamente y la adecuada iluminación.
Prepara la superficie de las uñas
Antes de empezar a limar, es necesaria una limpieza profunda de las manos y uñas. A continuación, debemos:
- Aplicar un poco de ablandador de cutículas.
- Sumergir los dedos en agua tibia por espacio de 10 minutos.
- Secar muy bien y, con ayuda de un palito de naranja, empujar hacia atrás las cutículas.
- Utilizar un corta cutículas para retirar el exceso de piel.
- Masajear la zona usando crema hidratante.
Cortar demasiado incrementa no solo resulta doloroso, sino que incrementa las probabilidades de desarrollar infecciones, por ello, conviene evitar los cortes desde la base.
En este punto, lo que sigue es comprobar la longitud de las uñas y adecuar el tamaño en función de los gustos individuales, de esta forma, es más simple el proceso de limado y prevenimos los quiebres.
Selecciona la forma de uñas que deseas
A la hora de escoger el estilo del limado debemos tener en cuenta que existen tipos de formas de uñas que lucen mejor según la anatomía de los dedos.
Aunque las preferencias personales tienen la última palabra, en general, las manos delgadas lucen mejor con uñas anchas y acabado anguloso, mientras que las regordetas consiguen un efecto más favorable mediante formas que aporten sensación de alargamiento.
Empieza a limar
Al momento de limar las uñas, los pasos a seguir varían en función del estilo que pretendemos seguir. Sin embargo, existen una serie de pautas elementales que garantizan los resultados indistintamente de la técnica elegida, estas son:
- Elimina cualquier rastro de agua, la humedad solo incrementa la fragilidad y el riesgo de quiebres.
- Coloca la lima en un ángulo de 45 grados respecto a la uña y comienza a deslizar siguiendo una única dirección. Uno de los errores recurrentes de los novatos es realizar movimientos de ida y vuelta, con esta acción, solo consigues debilitar las uñas.
- Comienza en el exterior y continúa hacia el centro. El objetivo es lograr un modelado gradual. De igual modo, el control en la ejecución de los movimientos evita rupturas en los bordes.
- Pule la superficie de las uñas utilizando el lado suave de la lima e intenta deshacerte de cualquier posible sobrante.
- Termina el proceso pasando el borde de las uñas sobre un trozo de tela, la idea es verificar que ninguno de ellos quede enganchado, de lo contrario, será necesario volver a pulir.
Gracias a estos sencillos pasos, puedes realizar diferentes ideas divertidas de manicura y diseños básicos. Ahora bien, si lo que quieres es crear formas particulares, a continuación, tienes las más comunes:
Uñas en forma almendrada
Como indica su nombre, el acabado final imita la estructura de una almendra. Debido a su pico redondeado y lados cónicos, lucen de maravilla en manos cortas o pequeñas. El procedimiento consiste en:
- Sujeta la lima en el ángulo señalado y comienza a limar los extremos hasta alcanzar una forma redondeada.
- Trabaja la punta de manera gradual, el objetivo es replicar la silueta que distingue a las almendras.
- Verifica la simetría y uniformidad de los extremos.
Uñas en forma redonda
Los lados siguen una línea recta y las puntas presentan forma semicircular, por lo que imitan el final del dedo. En este caso, van muy bien en cualquier tipo de manos y podemos llevarlas cortas o largas. Los pasos a seguir son:
- Desliza la lima en los lados de la uña siguiendo una línea recta.
- Coloca la herramienta en un ángulo que permita suavizar las esquinas hasta conseguir un arco suave.
- Comprueba la uniformidad de los bordes y que la punta quede semicircular.
- Descarta la presencia de extremos afilados.
Uñas en forma cuadrada
Las esquinas rectas y bien definidas son el factor característico de estas uñas, asimismo, su parte superior siempre está perfectamente nivelada. Es la opción ideal para dedos delgados y realizar las mejores manicuras francesas. El procedimiento consiste en:
- Coloca la lima de manera tal que consigas formar ángulos rectos entre los bordes y la parte superior de la uña.
- Elimina el filo de las esquinas suavizando un poco, pero sin llegar a redondear demasiado.
- Comprueba que la parte superior esté perfectamente plana.
Uñas en forma ovaladas
Los lados presentan línea recta, mientras los extremos son redondeados. La elegancia y sutileza que aporta el acabado las convierte en las uñas idóneas para estilizar los dedos y generar sensación de alargamiento. Para ello debes seguir las siguientes indicaciones:
- Desliza el instrumento en los laterales hasta lograr líneas rectas y paralelas.
- Redondea un poco las esquinas, sin llegar a suavizar demasiado los bordes.
- Consigue una forma elongada y sutil.
Uñas en forma stiletto
Tienen especial similitud con la forma almendrada, sin embargo, difieren de ella al presentar una punta más aguda y extensa. De la misma manera que las uñas cuadradas, favorece a las manos delgadas y largas. Los pasos a seguir son:
- Establece visualmente el centro de la parte superior de la uña y procede a limar los lados en un ángulo pronunciado hacia el mismo.
- Continúa limando hasta conseguir una punta afilada y puntiaguda.
- Verifica la simetría en ambas uñas.
Uñas en forma squoval
Aunque se parecen mucho a las anteriores, van perdiendo rectitud en los bordes, por ello, se muestran suaves y un poco ovalados. Son la solución cuando existe tendencia a uñas encarnadas y en la búsqueda de manicuras discretas. El procedimiento es:
- Crea líneas rectas en los bordes de las uñas, respetando siempre su forma natural.
- Suaviza las esquinas y consigue el aspecto que define al estilo ovalado.
- Encuentra el balance ideal entre lo cuadrado y redondeado. El resultado tiene que ser una apariencia suave, pero muy bien definida.
Uñas bailarinas
Este estilo es conocido como ataúd, el limado consiste en estrechar las uñas conforme se alejan del lecho ungueal. La terminación de la punta es cuadrada y roma en los bordes. La técnica también contribuye a alargar los dedos. Los pasos se resumen de la siguiente manera:
- Utiliza la lima para crear líneas rectas en los laterales de las uñas, la meta es conseguir que luzcan paralelos entre sí.
- Trabaja la parte superior hasta lograr una forma rectangular.
- Suaviza un poco los extremos, sin redondear demasiado.
- Comprueba la simetría entre los lados y las puntas de las uñas de ambas manos.
Uñas en forma de pintalabios
El limado se realiza siguiendo un ángulo agudo. Es la forma perfecta para quienes aman las uñas de apariencia puntiaguda. El procedimiento consiste en:
- Lima los extremos laterales de las uñas siguiendo una línea recta.
- Crea una forma inclinada y asimétrica en las puntas, para ello, debes colocar la herramienta en un ángulo oblicuo.
- Desliza el instrumento hasta conseguir una silueta similar a la del pintalabios cuando lo giras, es decir, una base ancha que se va haciendo angosta hacia la parte superior.
- Verifica la asimetría entre las uñas de ambas manos, de lo contrario, la técnica pierde la elegancia y uniformidad que la caracteriza.
Utiliza endurecedor de uñas
Una vez que conseguimos darles a todas las uñas el acabado que deseamos, es indispensable aplicar un producto que promueva su fortalecimiento y las proteja.
Los endurecedores no solo contribuyen a incrementar el nivel de resistencia al quiebre, sino que inciden positivamente en la prevención de la descamación, una gran ventaja para quienes sufren de fragilidad.
Los pasos para sacar el máximo provecho de este tipo de cosméticos es el siguiente:
- Elimina hasta el mínimo residuo que pueda quedar del proceso de limado.
- Agita el frasco a fin de mezclar muy bien el producto.
- Aplica una primera capa del endurecedor sobre cada uña. Es esencial que sea delgada y uniforme, además de evitar su contacto directo con las cutículas o la piel.
- Permite que la fórmula se seque por completo y repite el procedimiento.
Cabe acotar que puedes aplicar esmalte entre una capa y otra, pero siempre terminar la manicura con el endurecedor, ya que está diseñado tanto para alargar la duración de los resultados, como para mantener la belleza y salud de las uñas.
¿Qué forma de uñas favorece más a mis manos?
Teniendo en cuenta que la anatomía de las manos de una persona es diferente a la de otra, conseguir el resultado ideal tiene mucho que ver con la técnica de limado elegida.
La ventaja de conocer las características de diferentes opciones radica en la posibilidad no solo de mejorar la estética, sino de favorecer el óptimo crecimiento y mantenimiento.
De esta manera, gracias a su simetría redondeada, la forma ovalada está recomendada para promover el crecimiento y evitar los quiebres. Asimismo, permite disfrutar de resultados más elegantes y femeninos.
En contraposición, las personas que disfrutan llevar las uñas largas prefieren un acabado cuadrado, que despierte la atención, un efecto similar al que brinda la técnica stiletto.
La forma de almendra y de ataúd si los dedos son gordos, ya que el resultado consigue crear un efecto visual que los hace parecer más estilizados.
Consejos finales
Ahora que conoces las principales técnicas y los pasos a seguir, es fundamental limitar el limado de las uñas a una vez por semana. Si bien la práctica y constancia permite perfeccionar las habilidades, la repetición continua de los procedimientos puede generar debilidad.
La regularidad adecuada supone mantener la forma deseada sin comprometer la fortaleza.
En definitiva, si bien la principal razón para limar las uñas es mejorar su aspecto desde el punto de vista estético, la aplicación correcta de la técnica elimina la irregularidad de los bordes y, por consecuencia, disminuye la tendencia al quiebre.
Con información de 2Trendies
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