Cómo identificar y cuidarse del caracol gigante africano
Agencias
Esta especie exótica oriunda del este de África fue declarada por el Ministerio de Ambiente como dañino y perjudicial para la conservación de la biodiversidad, las actividades productivas y la salud humana por ser una especie invasora y hospedadora de ciertos tipos de gusanos, potenciales causantes de enfermedades zoonóticas.
Se encuentra entre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo según la lista elaborada por el Grupo de Especialistas de Especies Invasoras (GEEI) de la Comisión de Supervivencia de Especies (CSE) de la Unión internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) (Lowe et al. 2004). Esto se debe principalmente a sus características fisiológicas y morfológicas que le confieren resistencia a variables ambientales, a su dieta polífaga (pueden alimentarse de cerca de 200 especies diferentes de plantas, líquenes, materia orgánica en descomposición y heces de animales) y a su alto potencial reproductivo que favorece su dispersión (Senasa, 2013).
Además del impacto que puede tener en sistemas agrícolas comerciales y en ecosistemas naturales, A. fulica también puede actuar como vector de parásitos de importancia médica y veterinaria.
Puede causar
Su contacto con las personas puede generar enfermedades intestinales, meningitis, inflamación de tejidos, diarrea, fiebre y hasta la muerte.
Recomendaciones:
El caracol gigante africano puede alimentarse de prácticamente todo y puede convertirse en una especie plaga de importancia económica en diversos sistemas productivos agrícolas. Por sus hábitos alimenticios y la preferencia que muestra por colonizar espacios como basureros con presencia de ratas, pueden adquirir fácilmente parásitos, bacterias y hongos lo que los convierten en potenciales vectores de microorganismos que pueden afectar la salud de humanos, animales domésticos y ganados diversos.
Por tal motivo la principal recomendación es no manipular los caracoles con las manos, y no hacer uso de estos organismos o sus productos para ningún fin.
Productos de esta especie, tales como la baba de caracol no tienen ninguna propiedad cosmetológica, por lo que está prohibido su cría o tenencia para este o cualquier otro fin económico.