Cómo detectar la adicción al celular
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Hoy en día hay cada vez más personas que se pasan el día pegado a su teléfono móvil, sin importar dónde se encuentre: en casa, en el trabajo, viajando en el autobús, etcétera. ¿Cuándo realmente puede considerarse una adicción y cómo detectarlo? ¿Qué piensa la ciencia al respecto?
Como es natural, de un tiempo a esta parte han surgido numerosos estudios diferentes que se ocupan del asunto, y la mayoría concluye que, en efecto, cada vez hay una mayor adicción tanto al móvil como a Internet. El problema no está ya en que uno ocupe multitud de horas frente a la pantalla de su dispositivo, sino probablemente en todo lo que deja de hacer como consecuencia de ello.
Existen muchas maneras distintas de interpretar los datos, variando en función de cada observador, pero algunos de ellos dejan poco lugar a la duda. Por ejemplo, los recientes estudios que señalan que España es el país de Europa donde la gente pasa más tiempo utilizando el teléfono móvil e Internet, las redes sociales, como cabría esperar, tienen mucha culpa de ello, pero no son las únicas.
Para hacerse una idea del grado de dependencia que actualmente se tiene de los móviles, solamente hace falta echar un vistazo al tiempo promedio que se pasa con ellos. La media está prácticamente en tres horas y media por usuario. Aunque la cifra crece entre el sector más joven de la población, que alcanza muchas veces las seis horas diarias.
Unas cifras especialmente llamativas, si se tiene presente que España, como toda Europa, tiene una población tirando a envejecida, y que muchos ancianos no utilizan ningún tipo de aparato tecnológico, o si lo hacen es de forma ocasional. Unos datos que hablan por sí solos.
De hecho, de los muchos informes que se han publicado al respecto, se habla de que la gente de mediana edad es la única, podría decirse, que utiliza los teléfonos móviles de manera limitada. Es decir, para mirar algo y después desconectarse. Todo lo contrario de lo que sucede entre los más jóvenes, con altos riesgos de sufrir adición, señala la ciencia.
Nomofobia, estrés y ansiedad: la ciencia avisa de los riesgos de la adicción al móvil
Según científicos de todo el mundo, las consecuencias de la adicción al móvil e Internet no son algo que podrá apreciarse en algún momento futuro, sino que ya están entre nosotros. Para empezar, dos de los aspectos que más preocupan son los niveles de estrés y de ansiedad.
Entrando en detalles, se ha demostrado que el uso prolongado del móvil y otros aparatos similares aumenta los niveles de cortisol, una hormona que se dispara en situaciones de riesgo. Esto sucede ante la necesidad constante que mucha gente parece tener de ser respondida o preguntada, ya sea por WhatsApp, redes y demás herramientas.
Por otro lado, está la nomofobia, un trastorno que podríamos llamar moderno, y que está claramente vinculado con la tecnología actual. Los casos que se dan aumentan cada día, y sus consecuencias son claras: problemas para relacionarse en la realidad, desajustes en la autoestima y graves inconvenientes a la hora de afrontar objetivos como el trabajo o los estudios.
Por supuesto, si algo caracteriza también la nomofobia es la adicción al móvil e Internet. Todos los que la sufren no pueden apartarse de la tecnología ni un instante, entrando prácticamente en pánico al estar desconectados.
Con información de ComputerHoy
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