Comienza el Carnaval de Rio, una vacuna de samba contra el zika y la crisis
AFP
Sambar semidesnudos día y noche sin parar, sudar la angustia, dar rienda suelta a oscuras fantasías: en carnaval, Rio de Janeiro solo quiere espantar el temor al zika y olvidar la honda recesión que ha encogido el bolsillo de los brasileños.
Todo -o casi todo- estará permitido cuando el rey Momo, la máxima autoridad carnavalesca, se convierta este viernes en jefe de la sede olímpica durante cinco días de fiesta, al recibir las llaves de la ciudad del alcalde Eduardo Paes.
Las autoridades de Rio estiman que cuatro millones de brasileños y algo más de un millón de turistas ya están sambando, sudando y consumiendo miles de litros de cerveza en Rio, en 505 «blocos» o grupos de carnaval callejero que desfilan desde hace dos semanas con originales disfraces y el deseo de dejar atrás los problemas, compitiendo por quién roba más besos en la boca o codiciando la mujer o el hombre del prójimo.
Rio, la primera ciudad de Sudamérica que acogerá unos Juegos Olímpicos desde el próximo 5 de agosto, ha sufrido una crisis tras otra. La caída de los precios del petróleo y la recesión económica han vaciado sus cofres, la salud pública está en crisis, hay funcionarios públicos que no cobran sus salarios desde hace meses y miles de cariocas han perdido su empleo.
A todo esto se suma el temor al zika, transmitido por la picadura de un mosquito y vinculado a una disparada de casos de bebés nacidos con microcefalia que ha sido declarada como «alerta sanitaria mundial» por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Como parte del combate al mosquito vector del zika, el famoso Sambódromo que recibirá los lujosos desfiles de las escuelas de samba en las noches del domingo y lunes, fue fumigado.
– ¡Fuera la angustia! –
«El carnaval es para olvidar todo esto, en carnaval la gente exuda todo lo que le angustia y también todo lo que desea, como muchos hombres que se visten de mujer», dijo a la AFP Teresa Curi, una vendedora de disfraces de 61 años en el tradicional barrio judeo-árabe de Rio.
La temperatura de más de 40 grados centígrados no espanta a cariocas ni turistas que escogen sus fantasías en estas callejuelas centenarias de casas coloniales dilapidadas, donde suenan a todo volumen las «marchinhas» de carnaval y anuncios de remedios contra la impotencia sexual o la falta de libido.
«La tienda está casi vacía. En años anteriores esto explotaba de gente. Yo llegué a vender 60.000 reales en disfraces en la semana del carnaval, ahora si llego a 15.000 reales es con suerte», confiesa una vendedora de la tienda Souad Modas, que vive del 5% de comisión sobre sus ventas.
– Olimpíadas y homenaje a Santos –
En los inmensos y calurosos galpones de la Ciudad de la Samba, en tanto, un ejército de artesanos, bailarines, coreógrafos y voluntarios trabajan como hormigas para dar los aprontes finales a los desfiles de las 12 mejores escuelas.
Todas desfilarán a lo largo de los 700 metros de la avenida Sapucaí del Sambódromo por el título de «campeona de carnaval» ante más de 70.000 espectadores.
Astros del fútbol brasileño como el joven Neymar (23 años), en problemas judiciales por las comisiones e impuestos de su pase al Barcelona, y el mayor futbolista de todos los tiempos, Pelé (75), serán homenajeados el domingo por la escuela Grande Rio, que dedica su ‘enredo’ o tema del desfile a la ciudad paulista de Santos y a su club de fútbol, que vio nacer a estos ídolos.
Otra escuela, Uniao da Ilha, ha escogido los Juegos Olímpicos como tema por sugerencia del alcalde: los dioses salen del Olimpo para conocer la ‘cidade maravilhosa’, se enamoran y deciden quedarse aquí para siempre.
El director de la escuela, Marcio André Mehry de Souza, lamenta no obstante la falta de auspicio de Rio-2016 o del gobierno para financiar un desfile que se augura deslustrado por la falta de recursos.
«Comenzamos a trabajar en junio sobre una promesa de financiación que nunca llegó», se quejó a la AFP. «La situación es difícil desde hace cuatro o cinco años. Pero este año ha sido peor porque todo el mundo está en crisis y porque el precio de los materiales aumentó».
Para quienes no pueden pagar las costosas entradas del sambódromo, que pueden superar los 100 dólares, la fiesta está en la calle.
El mayor de todos los ‘blocos’ o grupos de carnaval callejero, el Cordao de Bola Preta, espera reunir a cerca de dos millones de fiesteros el sábado a las 09h00 de la mañana en el centro de Rio.