Combinar inmunoterapia y quimio en cáncer de vejiga metastásico no mejora la supervivencia
EFE / Foto Referencial
Combinar inmunoterapia con quimioterapia para afrontar el cáncer de vejiga metastásico no ha demostrado aportar mejoras en la supervivencia global de los pacientes, indica un estudio global presentado este lunes y liderado por el doctor español Enrique Grande.
«Es cierto que (la inmunoterapia) se tolera muy bien, que los pacientes responden un poquito más y que el intervalo hasta que el tumor vuelva a crecer es mayor, pero no impacta en la supervivencia global, con lo cual no podemos considerarlo un tratamiento estándar», explicó a EFE este lunes el oncólogo, jefe del Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid.
Grande presentó los resultados del estudio IMvigor 130 en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), el principal del sector, que se inauguró el viernes y se clausura este martes.
Su investigación es hasta la fecha la que ha reclutado más enfermos con cáncer metastásico de vejiga, 1.200 en 35 países.
Con la inmunoterapia, según recuerda Grande, se intenta estimular el sistema inmune del paciente para que ese sistema sea capaz de reconocer el tumor y acabar con él.
«En aquellos pacientes en los cuales funciona la inmunoterapia es fantástico porque funciona a muy largo plazo. Tenemos un porcentaje significativo de pacientes, en torno al 20 o 25 %, que están vivos a más de 4 años. Eso para nosotros es largo plazo. El problema es que no sabemos identificarlos de antemano. No tenemos ese biomarcador que nos ayude a identificar qué paciente va a responder y cuál no a esa inmunoterapia», comentó.
Su estudio pone en cuestión la terapia utilizada actualmente de forma estándar, la quimioterapia de inducción seguida de inmunoterapia, pero según Grande sus conclusiones, aunque no sean las esperadas, tienen igualmente interés.
«En este caso por ejemplo nos enseña lo que no hay que hacer. La quimioterapia más la inmunoterapia no funciona. Habrá que intentar ver por qué. Cuando exprimimos los datos nos damos cuenta de que a lo mejor hacemos cosas en la práctica diaria, como dar tratamiento a pacientes que están progresando durante la primera línea de quimioterapia, que quizás no aportan más valor que toxicidad», sostiene.
Grande no cae en el pesimismo. «Hay muchas novedades que están viniendo», dice. «En este congreso hemos visto que a aquellos pacientes que tienen una mutación en el gen FGFR3, que es el receptor del factor de crecimiento de fibroblastos, que representan aproximadamente entre el 7 y el 9 %, podemos tratarlos de una manera selectiva con inhibidores de FGFR impactando en la supervivencia global».
Y recalca que aunque el cáncer metastásico de vejiga no tiene cura actualmente, el 70 % del cáncer de vejiga se detecta a tiempo, «cuando la enfermedad no ha empezado a invadir el músculo de la vejiga». En esos casos se cura a un 80 % de los pacientes.
«El mensaje positivo es que tan pronto como un paciente note que tiene sangre en la orina o la orina turbia tiene que acudir a su médico, a su urólogo, para ser diagnosticado lo antes posible», apunta Grande. EFE
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