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En Colombia continúan las protestas contra el Gobierno de Iván Duque. Jóvenes estudiantes y comunidades indígenas de diferentes partes del país marcharon en Bogotá y en otras ciudades para alzar la voz contra los enfrentamientos que en poco más de 10 días se han cobrado la vida de al menos 26 personas. Comunidades indígenas de los pueblos Muisca y Misak celebraron una ceremonia en el Parque Nacional de Bogotá.
«Hoy nos corresponde cambiar, dejar tanta demagogía, tanto discurso, para verdaderamente hacer. Y entonces el fuego sagrado que traímos en la copita de humo, con plantas sagradas de este territorio, es para limpiar todas las heridas», explica Nelly Rativa Sikasue, representante de la comunidad originaria Muisca.
«Le pedimos al Presidente de la República que no sea cínico y que no mienta al país. Fue esta pandilla escoltada por la policía la que nos disparó. Nosotros no fuimos responsables del ataque, ni somos nosotros los que causamos el desorden aquí, sino esa gente, una estrategia militar movilizada para neutralizar un ejercicio de protesta social en Colombia. Estamos aquí dispuestos a entablar un diálogo, pero una seria diálogo, un diálogo que sea efectivo y que nos permita exigir al gobierno que responda a las necesidades básicas insatisfechas del pueblo colombiano que salió a la calle en ciudades y pueblos.
Por su parte el presidente Duque ha ordenado el mayor despliegue de fuerza en Cali y pidió al Consejo Regional de indígenas del Cauca que vuelvan a sus territorios.»Estos bloqueos tienen que ser levantados y la autoridad local tiene q ue llevarse a cabo con esta instrucción. Le pido al ministro, con todo el equipo de la Fuerza Pública y el equipo de gestión social del gobierno, que haga las aproximaciones necesarias para que se garantice la seguridad a los diferentes sectores de la población», declaró Iván Duque, presidente de Colombia.
Mientras que un grupos de jóvenes porristas de Bogotá se unían a su manera a estas protestas que comenzaron el 28 de abril contra una reforma fiscal ahora abandonada. La corrupción es el mal endémico del país, según señala Lina Gómez, animadora de un grupo de porristas.
