Colombia asesta el mayor golpe a disidentes de las FARC con muerte de «Guacho»
Efe
Las autoridades colombianas celebraron hoy el éxito de la «Operación David», en la que se dio muerte a Walter Patricio Arizala, alias «Guacho», y a su segundo, en lo que supone el mayor golpe asestado contra los grupos disidentes de las FARC.
En la operación, llevada a cabo en una zona remota de Tumaco, municipio del departamento de Nariño, en la costa pacífica, francotiradores mataron no solo a «Guacho», responsable del asesinato de cinco ecuatorianos, entre ellos tres trabajadores del diario quiteño El Comercio, sino también a Luis Alberto Bermeo Gasca, alias «Pitufín».
«Nos encontramos en los límites con Ecuador. Después de realizar un movimiento de cuatro días llegamos de norte a sur (…) siendo aproximadamente las doce del día (del viernes) nos ubicamos los dos tiradores de alta precisión (…) y se realizó un disparo sincronizado, un ataque de precisión quirúrgica», relató uno de los militares que intervino en la operación.
Alias «Guacho» y «Pitufín» eran respectivamente los número uno y dos del autodenominado «Frente Oliver Sinisterra», el grupo disidente de las FARC que opera en amplias zonas de Tumaco y de la frontera con Ecuador, donde se dedican al narcotráfico.
Esa localidad es la que más hectáreas de coca tiene sembradas y por su control combatía «Guacho» con otros grupos disidentes de las FARC, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupos herederos del paramilitarismo y carteles mexicanos a quienes, según algunas fuentes, respondía «Guacho».
Fuentes oficiales confirmaron que para poner en marcha la operación las autoridades colombianas recurrieron a fuentes sobre el selvático terreno que facilitaron información.
Además, interceptaron decenas de líneas telefónicas para conocer los puntos que frecuentaba «Guacho» y así poder poner en marcha la operación militar.
En este sentido, el comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, explicó que primero hubo una labor de inteligencia «muy importante» donde participaron «todas las agencias del Estado» y en especial las del Ejército.
Gracias a ese trabajo, pudieron determinar la ubicación para posteriormente «hacer una ocupación del área» en que se encontraba «Guacho» sin ser detectados.
El presidente colombiano, Iván Duque, que anoche anunció la muerte de «Guacho», se trasladó hoy hasta Tumaco para felicitar personalmente a los militares y policías que participaron en la operación y evaluar los alcances de la misma.
«Guacho» adquirió su fama de sanguinario especialmente tras el secuestro en marzo pasado y asesinato al mes siguiente de un equipo periodístico del diario El Comercio compuesto por el redactor Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra.
También se le atribuye el asesinato de Katty Velasco Pinargote y Oscar Villacís Gómez, una pareja de ecuatorianos que fue secuestrada en abril pasado cuando se desplazaban por la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.
Además, estaba acusado de enviar toneladas de cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos y era uno de los criminales más buscados en Colombia y Ecuador, cuyos gobiernos ofrecían hasta 700 millones de pesos (unos 215.000 dólares) de recompensa por información sobre su ubicación.
Por eso, la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, advirtió que el Gobierno no dará tregua ni espacio «para sus crímenes» a los disidentes de las FARC.
«Nadie, ninguno, nunca más, puede sentirse por encima de la ley, de la justicia, de la fuerza pública, ni de la determinación de los colombianos de acabar el narcotráfico y el terrorismo», aseguró Ramírez.
Asimismo, subrayó que todas las disidencias de las FARC, que según algunas fuentes tienen más de 1.200 hombres, deben saber que «el Estado colombiano continuará persiguiéndolos con todas sus capacidades militares y judiciales porque esta guerra contra el narcotráfico es definitiva y sin cuartel».
Por su parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Ricardo Jiménez, comentó que la muerte de «Guacho» mejorará la situación en el sur del departamento de Nariño, cuya seguridad estaba empeorando desde la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC en noviembre de 2016.
Para el alto oficial, la muerte de «Guacho» es «uno de los pasos» necesarios para mejorar la situación en la zona, si bien reconoció que «hay muchas personas» involucradas en la cadena del narcotráfico.
«Pero creo que con este resultado operacional la situación seguramente va a cambiar positivamente», subrayó.
Con él coincidió el general Martínez, quien aseveró que con la operación también mandan «un mensaje para quienes están fuera del marco de la ley para que se entreguen a la justicia y no sigan delinquiendo». EFE