Clima y sobrepesca amenazan la existencia del pingüino de El Cabo
AFP
En la playa Boulders de El Cabo, los pingüinos nadan entre los turistas, en una imagen idílica de cohabitación hombre-mundo animal pero que oculta otra realidad: estas aves están amenazadas de desaparición. ¿Es culpa del cambio climático?
El pingüino de El Cabo, también llamado africano o de anteojos, que se caracteriza por un graznido que recuerda al rebuzno del burro, vive únicamente en Sudáfrica y en la vecina Namibia.
Su alimentación está en los bancos de peces que evolucionan en la corriente fría de Benguela, que remonta la costa oeste del continente desde Sudáfrica.
Pero de 2004 a 2014, el número de parejas capaces de reproducirse cayó un 90% en las colonias sudafricanas, pasando de unas 32.000 a alrededor de 3.000, según cifras oficiales.
Estas aves incapaces de volar son víctimas de un cambio de comportamiento de sus principales presas, sardinas y anchoas. Los bancos de estos peces se desplazaron hacia el sur y el este, alejándose de las colonias de pingüinos sobre la costa occidental africana.
Entre los científicos el debate gira en torno a las razones de esta evolución: la sobrepesca o el cambio climático.
«El reparto de peces ha cambiado, evidentemente, pero la causa de esta modificación es un misterio», señala Rob Crawford, científico en el ministerio sudafricano de Medio Ambiente. «La sobrepesca y el cambio climático son las dos hipótesis principales, pero es muy difícil determinar si una de las dos predomina sobre la otra», dice a la AFP.
«La región que era más favorable para la reproducción de las anchoas y sardinas se modificó a raíz de los cambios de temperatura en la superficie del mar en los años 1990 y comienzos de los 2000», estima a su vez Richard Sherley, investigador en la universidad inglesa de Exeter y experto en el pingüino de El Cabo.
Sin poder afirmar que el cambio climático es el responsable de la disminución de la población de pingüinos, «consideramos que desempeña un papel importante», asegura a la AFP.
– Mudanza de pingüinos –
Pero sí hay una certeza: el Hombre es responsable de la marcada disminución inicial del pingüino de El Cabo, considerado especie en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Durante mucho tiempo los habitantes de la costa consumían huevos de pingüino.
Aunque la recolecta de huevos está prohibida desde 1967 su número sigue disminuyendo. En los años 20 se contabilizaba un millón de parejas en Sudáfrica, contra apenas 19.000 en 2012, según el ministerio de Medio Ambiente.
Una de las colonias tradicionales más afectadas es la de Robben Island, la tristemente célebre isla donde estuvieron encarcelados Nelson Mandela y los principales opositores al apartheid.
También cayó drásticamente la población de pingüinos de El Cabo en Namibia, pasando de 12.162 parejas reproductoras en 1978 a 4.563 en 2008, según la organización Birdlife International.
Los científicos contemplan ahora una solución radical para intentar salvar a los pingüinos africanos: mudarlos y establecer una nueva colonia en la costa sur, más cerca de sus fuentes de alimentación.
Para evitar cualquier trauma a estas simpáticas aves blancas y negras, se hará todo lo posible para crear la ilusión de que la nueva colonia ya existía, explica la organización Birdlife South Africa, artífice del proyecto.
Grabarán graznidos, pondrán señuelos y colocarán espejos para que los pingüinos crean estar en compañía de muchos más.