Claves para reducir la intensidad y duración de la migraña
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La migraña es una enfermedad que puede incapacitar muchísimo a quien la padezca. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), afecta a más de 5 millones de españoles, de los que más de un 70% presenta una discapacidad grave y un 14% una discapacidad moderada. Además, en nuestro país, 1,5 millones de personas padecen migraña crónica, aquella que tiene lugar cuando los pacientes experimentan dolor de cabeza 15 o más días al mes.
En una entrevista con Infosalus, la doctora Marta Torres-Ferrús, neuróloga de la Unidad de Cefalea del Hospital Vall d’Hebrón (Barcelona), que ha participado en el encuentro científico anual sobre cefaleas CEFABOX, recuerda que esta patología puede estar presente en todas las etapas y edades de la vida de una persona, siendo más frecuente entre los 20 y los 50 años, y a partir de la adolescencia especialmente entre las mujeres, con una prevalencia que llega a ser el doble que la de los hombres. Además, destaca que entre las féminas es más frecuente que los episodios de migraña sean más severos, como por ejemplo en el caso de la migraña crónica.
Entre las causas de esta enfermedad, la neuróloga apunta a su base genética, dice que en la mayor parte de los casos hay antecedentes familiares cercanos de otras personas que también sufren migraña; si bien precisa que la forma de presentación, la frecuencia en la que se presentan, o la intensidad y frecuencia de la migraña puede verse también influenciada por otros factores ambientales como por ejemplo el hecho de descansar mal, el estrés crónico, el tener problemas de ánimo.
«Hablamos de migraña cuando un paciente tiene ataques repetidos de dolor de cabeza con unas características específicas. A partir de estas se realiza el diagnóstico, no se necesita ninguna prueba generalmente», precisa la doctora.
Se trata de ataques de dolor de cabeza, que duran entre 4 y 72 horas, según describe, con una cefalea intensa, que afecta habitualmente a un lado de la cabeza. «El dolor suele presentar una característica pulsátil, que empeora con el movimiento, y que se suele acompañar de otros síntomas como sensibilidad a la luz o el ruido, aparte de que se pueden presentar náuseas y vómitos», aclara.
ETAPAS EN LA MIGRAÑA, ¿SIEMPRE SE DAN?
Ahora bien, no todas las personas pueden pasar por las mismas fases en este dolor de cabeza, si bien la doctora Torres-Ferrús indica que se encontraría en primer lugar la ‘fase premonitoria’, solo en algunos pacientes, que pueden notar algunos síntomas sutiles, y entre las 24 y 48 horas antes de un ataque; tipo cansancio, irritabilidad, bostezos, la preferencia por unos alimentos en concreto, por ejemplo. «También estos síntomas pueden verse cuando acaba el ataque de migraña, en la fase ‘postdrómica’, y pueden estar más cansados o presentar cambios en el ánimo», agrega.
Además, indica que hay un porcentaje de pacientes, alrededor de un tercio, que habitualmente antes del ataque de migraña pueden presentar un déficit neurológico transitorio, síntomas visuales, como el ver manchas o luces; o presentar síntomas sensitivos, como hormigueos en la mano o en los labios; o bien síntomas del lenguaje, y que una persona no pueda expresarse correctamente. «Suele durar menos de una hora y después aparece el dolor», añade.
Ya si hablamos del ataque de migraña en sí, de la fase en la que aparece el dolor, se pueden presentar otros síntomas como la fotofobia antes mencionada, o que moleste el ruido, aparte de ganas de vomitar, alteraciones cognitivas como falta de concentración, o del ánimo, entre otros. «Esta fase suele ser la más incapacitante», advierte la especialista.
EN QUÉ MOMENTO ACUDIR AL ESPECIALISTA
Con todo ello, la doctora Torres-Ferrús recomienda acudir al médico cuando la persona tenga dolores de cabeza de forma recurrente y no sea por ninguna explicación concreta, como que ha tenido un episodio infeccioso, por ejemplo.
Desde la SEN subrayan en este sentido que para mejorar la calidad de vida de los pacientes es fundamental alcanzar un diagnóstico temprano, así como un acceso a tratamientos efectivos. No obstante, esta sociedad científica lamenta que «en España más de un 40% de los pacientes está sin diagnosticar y más del 50% se automedica con analgésicos sin receta, circunstancias que solo ayudan a cronificar su enfermedad».
CÓMO SON LOS TRATAMIENTOS DE LA MIGRAÑA
Con todo ello, la neuróloga del Vall d’Hebron precisa que actualmente son tres los tratamientos disponibles contra la migraña. Indica que la mayor parte de pacientes necesita un tratamiento para paliar los síntomas durante el ataque de migraña, con analgésicos, tipo antiinflamatorios o bien con los triptanes, que son unos analgésicos específicos para la migraña.
También apunta a tratamientos no farmacológicos, básicamente, hábitos de vida que nos ayudarán a presentar menos frecuencia de episodios. Deben ser unos hábitos de vida muy rutinarios, donde se mantenga un horario del sueño muy estable, la persona siempre duerma las mismas horas y se duerma y levante siempre a la misma hora; aparte de que coma de 4 a 5 veces al día, evitando los periodos de ayuno prolongado.
Aquí avisa de que no hay ningún alimento que se haya demostrado que pueda desencadenar las crisis de migraña, y para estos pacientes dice que conviene siempre el seguir una dieta saludable. También ve muy importante el ejercicio físico frecuente porque puede reducir frecuencia de crisis.
«En algunos pacientes donde las crisis de migraña son frecuentes y presentan discapacidad en el día a día se puede recomendar utilizar tratamientos preventivos, cuyo objetivo es disminuir la frecuencia, la intensidad y la discapacidad asociada a las crisis de migraña», agrega.
DE QUÉ DEPENDE LA INTENSIDAD Y LA DURACIÓN DE LA MIGRAÑA
Una crisis de migraña, de acuerdo con los criterios diagnósticos establecidos, suele tener una duración de entre 4 y 72 horas, aunque esto varía entre personas, según aprecia la doctora. «A veces coexisten factores reconocibles como la menstruación, que se asocian a crisis más severas, duraderas o intensas, y con peor respuesta a los analgésicos; pero a día de hoy desconocemos los mecanismos exactos que producen que una crisis sea de mayor o de menor intensidad», reconoce la experta del Vall d’Hebron.
Con ello, destaca que es posible reducir la intensidad y la duración de los episodios de migraña por ejemplo gracias a medidas no farmacológicas, a esos hábitos de vida rutinarios.
Ahora bien, sostiene que cuando esto no es suficiente se pueden recomendar tratamientos farmacológicos, los tratamientos preventivos: «Existen varios tipos: orales, fármacos que se toman de forma diaria (antidepresivos, neuromoduladores, betabloqueantes o antihipertensivos). Son fármacos no específicos porque se desarrollaron para otras enfermedades pero han demostrado eficacia para los tratamientos preventivos de la migraña».
Cita también que para algunos pacientes con más de 15 días de cefalea al mes se encuentra la opción de la toxina butolínica, infiltraciones trimestrales con un protocolo específico, y en aquellos pacientes donde fallan varios tratamientos preventivos habla de los anticuerpos monoclonales, de administración mensual subcutánea.
En última instancia, ve importante también la prevención con estas medidas pero también el que, una vez que empieza el ataque, dice que la forma de tratarlo nos puede determinar la respuesta: «Si lo tratamos con fármacos adecuados como antiinflamatorios y triptanes y en las fases precoces conseguiremos un mejor control de los síntomas. El profesional sanitario es el que puede ayudar a tratar y a individualizar el tratamiento de la migraña en cada paciente».
Con información de Infosalus.