Claves de la amenaza de los ríos de lava del volcán Pacaya en Guatemala - 800Noticias
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800 Noticias | EFE

Con más de dos meses de actividad eruptiva y un río de lava con ramificaciones impredecibles, el volcán Pacaya de Guatemala, ubicado unos 40 kilómetros al sur de la capital del país, mantiene su amenaza latente para más de 37.000 habitantes de las comunidades aledañas.

Estas son las claves del volcán Pacaya, su actividad y el riesgo para las poblaciones cercanas.

1. EL VOLCÁN PACAYA

Los registros de la actividad del volcán Pacaya datan de 1.565, según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh). Su altitud alcanza los 2.552 metros sobre el nivel del mar y su tipo de volcán es complejo.

Cada diez o doce años tiene actividad fuerte. Su última gran erupción sucedió en 2010, por lo que «en estos momentos su actividad es alta y podría continuar de esta manera en los próximos días o meses», precisó a Efe el portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), David de León.

Desde el pasado 5 de febrero el volcán cambió su actividad, con columnas eruptivas de miles de kilómetros de ceniza y con el flujo de lava, producto de una fisura cercana al cráter McKenney, en el flanco sur, formada en noviembre del año pasado.

2. LOS RÍOS DE LAVA

La lava se ha expandido y ramificado en al menos tres principales vertientes. Según el Insivumeh, el flujo alcanzó una longitud de 3.700 metros y en algunas partes petrificadas en la superficie supera los 40 metros de alto.

Los ríos de lava han avanzado hacia el sur, a menos de un kilómetro de donde se encuentran las comunidades de El Patrocinio y San José El Rodeo.

Su recorrido impredecible se debe a «las condiciones topográficas». La lava ha llenado distintas quebradas y llanuras de las faldas del volcán, lo que ha generado que avance por un extremo nuevo, aunque «siempre tiene un flujo principal», describió De León.

Incluso el Ejército intentó semanas atrás, sin éxito, frenar el camino de lava con maquinaria que perforó el terreno de una finca, pero el material volcánico siguió su curso hacia las comunidades.

3. LAS AMENAZAS

Unas 22 comunidades de los municipios San Vicente Pacaya, del departamento de Escuintla (sur); y de Amatitlán y Villa Canales, en el de Guatemala (centro), están en riesgo. Allí viven 37.915 personas.

Según la Conred, el año pasado fueron realizados «fortalecimientos» de la información, además de «la actualización de planes de respuesta» de las comunidades.

Pero el estrés y preocupación por el lento avance de la lava continúa y hay vecinos que insisten en desconocer las opciones, rutas y alternativas que tienen para salir de allí.

4. LA CONTINGENCIA

David de León precisó que cada comunidad tiene un plan de respuesta. «Con ellos hemos realizado simulaciones y simulacros por actividad volcánica» y «las personas conocen los centros que podrían funcionar como albergues en una emergencia», dijo.

La Conred ya ha trazado una decena de rutas de evacuación que llevan a 14 albergues en zonas seguras, de las cuales 8 están en el municipio de San Vicente Pacaya, tres más en Amatitlán y otras tres en Villa Canales, para casi 3.000 habitantes en total.

5. VIVIR EN EL VOLCÁN

El hecho de pensar en salir de su casa arrebata el brillo en los ojos de Xiomara Dávila, una ama de casa de 31 años de edad, vecina de El Patrocinio.

Allí vive con su esposo y dos hijos, y con su familia ampliada. Toda su vida ha vivido cerca del volcán y en cada tiempo libre camina media hora, junto a los niños, para ver el espectáculo natural que atrae sin distingo a turistas como a locales.

«Antes venir era alegre, hacíamos comida. Ahora hemos estado viniendo a ver cuánto ha avanzado y ha caminado muy rápido. De cualquier manera nos afecta, porque puede ir hacia la aldea o dejarnos incomunicados», narró a Efe, mientras sus hijos y una decena de sobrinos corrían y escalaban lava petrificada.

Dávila señaló que no ha recibido información de entidades públicas sobre evacuaciones, pero, en todo caso, en El Patrocinio «han hablado» de evacuar las casas cuando la lava esté «más o menos a medio kilómetro con dirección a la aldea».

Su ruta de escape es hacia la aldea Los Ríos, unos 4 kilómetros abajo de su casa, donde vive su papá y donde creció y aprendió a convivir con la ceniza de un volcán en constante erupción. Pero, así como El Patrocinio o el Rodeo, Los Ríos también podría ser paso de uno de los caminos de lava.

El Pacaya es uno de los tres volcanes activos de los 32 colosos que hay en Guatemala. Los otros dos son Fuego y Santiaguito, ubicados en el centro y oeste del país, respectivamente.

La última gran erupción de un volcán en Guatemala fue el 3 de junio de 2018, cuando el volcán de Fuego le arrebató la vida a 431 personas que vivían en sus alrededores.

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