Civiles en Mariúpol beben agua de lluvia y comen palomas para sobrevivir
EFE
En el sureste de Ucrania, civiles atrapados han tenido que recoger agua de la lluvia y cocinar palomas que encuentran en las calles para sobrevivir, en medio de la invasión rusa.
“Los vecinos se unían y habilitaban los sótanos como refugios. Ahora recogen agua de lluvia y cocinan palomas y otros animales en hogueras para poder sobrevivir. En la ciudad apenas hay medicamentos”, cuenta la joven Galyna Balabanova a Efe en una conversación telefónica.
Balabanova consiguió salir de Mariúpol el pasado 16 de marzo, el mismo día en el que las autoridades ucranianas acusaron a las rusas de atacar el Teatro del Drama de la ciudad, donde cientos de personas se escondían en el refugio antiaéreo del edificio.
“En el momento del bombardeo del teatro justo estaba saliendo de la ciudad y sólo lo oí. A las afueras de la ciudad, desde el corredor (humanitario). Se veía perfectamente cómo la ciudad estaba siendo atacada desde todas las direcciones y por todos los medios posibles”, relata.
La joven usó uno de los corredores humanitarios habilitados para evacuar la ciudad, pero dichos pasos fueron atacados.
“Milagrosamente no nos pillaron los disparos. A partir de ese momento seguimos en nuestro transporte particular y no utilizamos el corredor oficial, bajo nuestro propio riesgo. Por el camino había más de 20 puestos de vigilancia de hombres con uniforme ruso que inspeccionaban el coche cada 500 metros. Queríamos llorar de impotencia, porque dejábamos atrás a familiares y amigos en la ciudad”, señala.
“No se han limitado a sitiar la ciudad, sino que han decidido borrarla de la faz de la tierra”, concluye.
EFE