Citi advierte sobre una amenaza invisible en el mercado del petróleo - 800Noticias
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El mercado de petróleo ha pasado de la extrema volatilidad a cotizar con cierta calma en los últimos meses. Analizando la gráfica del crudo Brent, la referencia europea del petróleo, el barril se ha movido entre los 74 y 85 dólares desde octubre de 2022. En seis meses, el precio del ‘oro negro’ solo ha oscilado 11 dólares, entrando en un mercado lateral. Sin embargo, esta es una calma tensa. Los mercados laterales acaban rompiéndose y disparando la cotización en un sentido u otro. En el caso del crudo, destaca que ni los ataques a buques en el Mar Rojo, ni la guerra de Israel contra Hamás o recortes de la OPEP hayan logrado romper este mercado que otorga cierta calma al crudo. No obstante, hay un riesgo, amenaza o peligro al que muy pocos miran y que tiene el potencial de desequilibrar el mercado.

Así lo ven los analistas de Citi en un informe publicado esta semana: «Los inversores siguen preocupados por las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y en Venezuela, pero parecen pasar por alto la situación en Libia». Los expertos del banco americano explican que tiene cierta lógica que los inversores y los mercados pongan el foco en Oriente Medio y Venezuela, puesto que ambos ‘conflictos’ tienen a Occidente y EEUU, en particular, jugando un papel clave. Pero esta estrategia puede terminar siendo errónea, puesto que el gran peligro para el petróleo no está en esas regiones.

En Oriente Medio, la guerra entra Israel y Hamás se vive muy de cerca en EEUU y Europa. Por otro lado, la crisis que vive Venezuela y la reimposición de las sanciones sobre el régimen de Maduro tiene a EEUU como uno de los protagonistas (el que impone las sanciones). «Una prórroga de las exenciones de sanciones de Estados Unidos a Venezuela parece cada vez más improbable el 18 de abril», explican los analistas de Citi.

Sin embargo, los problemas internos de Libia parecen muy lejanos para Occidente, puesto que a primera vista no involucran a ninguna potencia desarrollada. Pero esta visión puede ser un grave error, puesto que una disrupción masiva de la producción de petróleo en Libia tiene el potencial de desequilibrar un mercado en el que las fuerzas (oferta y demanda) están muy igualadas.

Este riesgo se ha incrementado tras la revisión de la Agencia Internacional de la Energía de sus previsiones: ahora el mercado va a presentar un ligero déficit en 2024, por lo que un pequeño impulso más en esa dirección podría ser fatal. En la primera parte de este 2024 se ha estado produciendo una combinación peligrosa: la oferta de petróleo se ha reducido, mientras que la demanda ha aumentado más de lo que se esperaba, según se desprende del informe mensual de marzo de la AIE.

Ante esta situación, el precio del petróleo se ha anotado una subida de más del 10% desde finales de 2023, que deja al Brent, de referencia en Europa, en los 85 dólares, y al West Texas, de referencia en EEUU, en por encima de los 81 dólares el barril. Ahora, el riesgo que señala Citi (el caos en Libia) podría prender el polvorín que es el mercado de crudo.

Con todo, las reservas mundiales de petróleo en tierra ya han comenzado a caer con intensidad (en otros 38 millones de barriles (mb) el mes pasado), con lo que la reducción desde julio se sitúa en 180 mb, según datos preliminares de la AIE. Esto no hace otra cosa que tensar la cuerda del mercado, una cuerda que corre el riesgo de romperse ante cualquier tipo de shock.

Libia es un peligro para el petróleo

Es cierto que «los inversores parecen estar familiarizados con la producción intermitente que sufre el petróleo libio, creemos que la situación merece más atención. En nuestro escenario base, todavía esperamos un período de relativa estabilidad para el sector petrolero libio en 2024, con una producción que supere los 1,2 millones de barriles diarios», sostienen desde Citi. Aunque 1,2 millones de barriles parece una cantidad de petróleo baladí en comparación con los 13 millones que produce EEUU cada día, la interrupción constante en Libia de solo una porción de esos 1,2 millones sería suficiente para poner el mercado patas arriba.

«Las recientes perturbaciones en el yacimiento petrolífero de Sharara, que produce 300.000 barriles diarios y tiene las mayores reservas probadas de crudo en África, subrayan la frágil situación, en medio de continuos desafíos políticos y de seguridad».

Desde Citi explican de forma somera el conflicto doméstico en Libia que enfrenta diferentes facciones. El general Haftar, que surgió de la Guerra Civil Libia como figura destacada en la parte oriental del país, y sus camaradas han estado tratando de renovar su imagen a través de varios proyectos de reconstrucción, por lo que en principio no debería haber razones obvias que se produjese un bloqueo petrolero que podría interrumpir la exportación de hasta 600.000 barriles diarios de petróleo.

«Sin embargo, la edad y las condiciones de salud del general Haftar han generado preocupación por la falta de un plan de sucesión claro y las disputas entre sus tres hijos podrían ser cada vez más tensas y públicas», advierten desde Citi. Si hoy hubiera que elegir un nuevo líder, se correría el riesgo de dividir las milicias del este de Libia y posiblemente provocar también una ofensiva del gobierno de Libia occidental: la autoridad del primer ministro Dabaiba ha disminuido, perdiendo el apoyo de figuras locales clave y donantes, incluido el gobernador del Banco Central, Kabir, pero no hay señales que sugieran que pueda ser destituido en el corto plazo.

Por todo ello, «no podemos descartar otra ronda de conflicto… Aunque este sigue siendo un escenario de baja probabilidad, otra Guerra Civil tendría un impacto mayor, perturbando hasta 1 millón de barriles de producción de crudo ligero dulce durante más tiempo y, si bien la capacidad de la OPEP+ es lo suficientemente grande, el grupo de productores podría aguantar temporalmente esta situación hasta recuperar los niveles de producción».

Este conflicto dispararía el precio del petróleo, al menos, en un primer momento. Después habría que ver si los países de la OPEP que tienen producción ociosa (más de 4 millones de barriles diarios) estarían dispuestos a salir al ‘rescate’ del mercado de crudo o si, por el contrario, dejarían que los precios subiesen con fuerza para obtener un mayor margen por cada barril de petróleo vendido.

Con información de El Economista

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