Cirugía ocular: Transformando el color de los ojos
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El color de los ojos de una persona se determina por el iris, una estructura ubicada frente al cristalino y detrás de la córnea.
Actualmente, las dos técnicas más comunes para cambiar el color de los ojos son la queratopigmentación (KP) y la despigmentación progresiva del iris con láser (DL), ambas utilizadas con fines cosméticos desde hace aproximadamente una década.
La queratopigmentación y la despigmentación láser se originaron en el campo de la oftalmología para tratar diversas afecciones oculares, como la reparación de leucomas corneales o defectos congénitos del iris en el caso de la KP, y las heterocromías o nevus del iris en el caso de la DL.
La queratopigmentación es un procedimiento quirúrgico que implica el uso de láser para introducir un colorante en la córnea, mientras que la despigmentación láser elimina progresivamente el pigmento marrón del iris mediante un rayo láser de baja energía.
Ambos procedimientos tienen riesgos quirúrgicos, como infecciones, mala cicatrización y ojo seco crónico en el caso de la KP, mientras que la DL puede provocar reacciones inflamatorias del iris y sensibilidad a la luz.
La cirugía de implante de iris es otra opción para cambiar el color de los ojos, pero puede tener graves consecuencias, como daño ocular o pérdida de visión.
Aunque estas técnicas son conocidas en el campo de la oftalmología, las academias estadounidense y española de oftalmología desaconsejan su uso con fines estéticos debido a los posibles riesgos y la falta de estudios a largo plazo sobre su seguridad.
Como alternativa segura, se recomienda el uso de lentillas cosméticas coloreadas, que pueden obtenerse en centros oftalmológicos acreditados y utilizarse ocasionalmente.
Con información de Blog Salud Mapfre
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