Una infancia en sótano: el imborrable trauma para los niños ucranianos
EFE
Los dos años de invasión rusa de Ucrania que se cumplen este sábado han dejado traumatizada a toda una generación de niños ucranianos, que en las zonas del frente han pasado entre 3.000 y 5.000 horas refugiados en sótanos y estaciones de metro subterráneas.
Un estudio publicado este viernes por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) con motivo del segundo aniversario de la guerra hace hincapié en los efectos de ésta en la infancia, como suele ocurrir en tantos conflictos.
«La guerra en Ucrania ha destrozado la infancia y ha causado estragos en la salud mental y la capacidad de aprendizaje de los niños y niñas», subraya la directora general de UNICEF, Catherine Russell, al publicarse el estudio.
«Llevan dos años sufriendo violencia, aislamiento, separación de sus familias, pérdida de seres queridos, desplazamientos y trastornos en la escolarización y la atención sanitaria. Necesitan que esta pesadilla termine», agrega la máxima responsable de la agencia de Naciones Unidas.
Insomnio generalizado
Las consecuencias de la guerra en los niños de Ucrania son palpables, como muestran los sondeos que la propia UNICEF ha realizado entre los menores del país europeo: la mitad de los que tienen entre 13 y 15 años ha confesado tener problemas para dormir.
Uno de cada cinco tiene síntomas claros de estrés postraumático, tales como pensamientos que inducen a la ansiedad o malos recuerdos recurrentes.
Tres cuartas partes de los jóvenes ucranianos de entre 14 y 34 años aseguran necesitar apoyo emocional o psicológico, pero en un país en guerra encontrarlo es complicado y sólo la tercera parte de ellos lo han conseguido.
Los miles de horas escondidos en refugios, que equivaldrían a entre cuatro y siete meses bajo tierra, han sido especialmente duros en regiones del frente como Zaporiya y Jarkos, donde se registraron 3.500 alertas antiaéreas, o en Donetsk, con casi 6.200, algo que produjo «un impacto devastador en la salud mental de los niños».
«Los meses de invierno han sido especialmente terribles para ellos, miles han tenido que refugiarse en sótanos fríos y húmedos debido a que la escalada de los ataques ha dejado a muchas familias sin calefacción, agua ni electricidad», subraya UNICEF.
¿Una generación perdida en lo educativo?
A todo ello se suma el impacto que la guerra ha tenido en la educación de la infancia ucraniana, privando a muchos niños de la posibilidad de asistir de forma estable a clase.
En todo el país, el 40 % de los niños ucranianos no pueden acudir de forma continuada a clase por la falta de infraestructura: según la agencia de Naciones Unidas, los obstáculos a la educación durante dos años de guerra equivalen a dos años perdidos en lectura y un año en matemáticas.
No debe olvidarse tampoco que un tercio de los 6,5 millones de ucranianos que huyeron del país por la guerra estos dos años son niños, un colectivo que afronta similares traumas que los que se han quedado en el país pero además ha de sumar a menudo problemas de adaptación y desarraigo.
UNICEF presta apoyo a esos niños en colaboración con los países de acogida, con el fin de fortalecer los servicios de educación, atención sanitaria y protección para estos menores refugiados, muchos de ellos en otros países europeos. EFE
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