Científicos arrojan luz sobre el misterioso origen de los «círculos de hadas»
EFE
Un equipo internacional de científicos ha arrojado nuevos y reveladores datos sobre el misterioso origen de los «círculos de hadas», esos anillos de vegetación que se han descubierto en zonas normalmente muy áridas de todo el planeta.
Durante los últimos años se han sucedido diferentes hipótesis científicas sobre el origen de esos «círculos», conocidos en algunos lugares como «corros de brujas» o «huella de los dioses», y que han estado tradicionalmente ligados a la mitología o a leyendas en diferentes regiones del mundo.
La revista PNAS publica hoy las conclusiones de un trabajo de investigación que ha sido liderado por el científico de la Universidad de Alicante Emilio Guirado, un trabajo en el que han identificado hasta 263 círculos en quince países de tres continentes, lo que constituye un auténtico «atlas» mundial de estas formaciones circulares.
El estudio desvela la distribución mundial y las condiciones ecológicas de los «círculos de hadas» en las zonas áridas, donde se presentan con unos patrones de suelo completamente desnudo pero rodeado de manchas circulares de vegetación y que hasta ahora se habían descrito con bastante detalle en Namibia y en Australia.
Ahora, los investigadores han utilizado imágenes de teledetección y un modelo basado en redes neuronales para identificar posibles emplazamientos de estos círculos en todo el planeta y han identificado 263 en quince países y en tres continentes, incluido en Asia central y occidental.
El análisis detallado de esas misteriosas formaciones sugirió a los científicos puntos en común en las condiciones de los todos los círculos, y entre esas coincidencias han señalado entornos áridos, altas temperaturas, precipitaciones estacionales, bajos niveles de nutrientes en el suelo y un alto contenido de arena.
Además, los nidos de termitas en algunas regiones, como en Namibia, también tenían una mayor importancia relativa en la distribución de esos círculos que en otras regiones, como Australia.
Las zonas con este círculos de hadas muestran también una productividad de la vegetación más estable que las zonas circundantes sin esas formaciones.
Los hallazgos, según los investigadores que han realizado el estudio, podrían ayudar a resolver los actuales debates sobre los mecanismos de formación de estos círculos, y amplían el estudio de los círculos de hadas aislados a un «atlas ecológico mundial» que permite analizar el impacto de esas formaciones en la estabilidad y la resistencia de los ecosistemas.
El investigador de la Universidad de Alicante Emilio Guirado detalló que existen varias hipótesis para explicar la formación de los círculos de hadas, desde las termitas hasta la autoorganización de la vegetación.
En este estudio, explicó Guirado a EFE, han descubierto nuevos sitios donde se pueden encontrar y han analizado la importancia de otros «impulsores» de esas formaciones (como la precipitación, el contenido en nitrógeno del suelo, el porcentaje de arena o la presencia de termitas) en la distribución de los círculos a escala global.
«Hemos mostrado que un clima con escasas precipitaciones, bajo contenido en nitrógeno en el suelo, o un alto porcentaje de arena, entre otros, son los impulsores más importantes para explicar que los círculos de hadas se encuentren donde están», manifestó el investigador.
Y corroboró también que aunque a escala global las termitas no tuvieron mucha importancia, a escala regional sí, y tienen más importancia en zonas de Namibia que en Australia o el Sahel.
Emilio Guirado observó además que el tamaño y la «redondez» están directamente relacionados con el índice de aridez, y que la forma y las dimensiones de estos círculos están condicionados por la precipitaciones y la evotranspiración (la evaporación desde el suelo y desde la superficie cubierta por las plantas y la transpiración desde las hojas de las plantas) potencial.
Así, los científicos han descubierto que a mayor aridez el tamaño de los círculos de hadas aumenta y su forma se asemeja más a un círculo perfecto.
El investigador señaló que antes de esta investigación ya se habían descrito este tipo de círculos en dos regiones del mundo (Namibia y Australia) y ahora han demostrado que hay cientos de lugares donde se pueden encontrar, y ha citado zonas del Sahel, Sáhara Occidental, Cuerno de África, Madagascar, suroeste de Asia o centro y suroeste de Australia. EFE
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