Dolores Barros buscó a su hijo de 17 años durante más de un mes. Duban Felipe Barros, era uno de los tantos jóvenes desaparecidos en las protestas en Colombia.
Duban desapareció el 5 de junio en Bogotá, y el 11 de julio, a pesar de las esperanzas que guardaba Dolores, recibió una llamada de las autoridades para que fuera a reconocer el cuerpo de su hijo que llevaba un mes en la morgue. Había sido encontrado en los alrededores la estación capitalina de Portal de las Américas, la misma zona en la que ella lo había buscado en vano.
Días antes, un grupo criminal la había estafado con el pago de un rescate.
Casi tres meses después del inicio de las protestas, la búsqueda de desaparecidos continúa. Se desconoce el paradero de al menos 63 personas, según cifras oficiales. Y en cinco de los casos, las familias han presentado cargos formales contra el Gobierno colombiano.
Más de 200 miembros de la policía colombiana están siendo investigados por presuntos abusos contra manifestantes, al menos 100 de ellos por abuso de autoridad.
Aunque el número de casos ha disminuido -a partir de los 465 desaparecidos iniciales, las organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional se han mostrado preocupadas por la represión policial contra los manifestantes y la inconsistencia en la cifras de muertos y desaparecidos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha recomendado a Colombia crear una comisión especial para investigar los casos de los desaparecidos.