CICR pide visibilizar la tragedia humanitaria de los migrantes
EFE
Cada año, cientos de miles de personas dejan sus hogares en busca de una vida mejor. Muchos terminan heridos o asesinados. Otros desaparecen. Es por ello que el jefe forense del nuevo Proyecto sobre Personas Desaparecidas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Morris Tidball-Binz, pide visibilizar esta «tragedia humanitaria».
«El número de personas afectadas por esta tragedia es muy, muy alto y de una dimensión que nos permite catalogarla de tragedia humanitaria», asegura el galeno Tidball-Binz sobre esta problemática mundial que sufre de «invisibilidad» y que afecta a cientos de miles de personas directamente en las últimas dos décadas.
Y detrás de cada una de ellas hay una familia, así que se puede multiplicar «por cuatro o por cinco», reconoce en una entrevista con Efe el médico argentino, que comenzó su carrera en organizaciones forenses y de derechos humanos ayudando a propiciar la aplicación de la ciencia forense a las investigaciones en su Sudamérica nativa en la búsqueda de los desaparecidos.
Previo a una reunión organizada por el Comité Internacional de la Cruz Roja en Guatemala y en la que participarán más de 30 expertos en el tema de las personas migrantes desaparecidas y en la atención a las necesidades de sus familias, Tidball-Binz explica que uno de los objetivos fundamentales es la «visibilización» de la tragedia.
«La reunión apunta a, básicamente, aprender de las lecciones que hasta la fecha se han ido consolidando en todo el mundo», apostilla mientras recuerda el caso «clásico» de los migrantes que fallecen al cruzar el Mar Mediterráneo, donde hay al menos 14.000 desaparecidos en los últimos 5 años -solo 5.350 en 2018-, y otro «archiconocido» que es el de Centroamérica y Estados Unidos.
Aunque admite que estos dos puntos, según la documentación que existe, son los que concentran un mayor número de casos, apunta a que hay otras regiones «de las que se habla menos» y en las que hay números «sumamente altos», como el sudeste asiático, con 1.200 solo el año pasado.
Estas cifras son solo «la punta del iceberg» porque es necesario, como profundizarán los expertos durante este encuentro de dos días en la ciudad colonial de Antigua desde este jueves, mejorar «exponencialmente» la capacidad de documentar las desapariciones para diseñar «políticas y prácticas operacionales concretas» que permitan mitigar este problema.
Y para ello asegura que es «imperativo mejorar la coordinación» entre instituciones, «la colecta y el análisis» de las personas desaparecidas, así como la atención de la «vulnerabilidad» que enfrentan los migrantes y sus familias y la creación de «puentes» entre países para mejorar el flujo de datos y así poder hallarlos. Cuanto más rápido, más posibilidades de que sea con vida.
Estos son algunos de los retos que identifica, así como la mejora del acceso de las instituciones y las organizaciones de búsqueda a las familias afectadas y la coordinación para optimizar recursos, porque «para prevenir y resolver esa tragedia no son necesarias enormes inversiones de recursos», sino optimizar el uso de las existentes.
Tidball-Binz, que ingresó al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en 2004 y desde entonces se ha desempeñado en numerosos contextos contribuyendo al desarrollo de la innovadora capacidad forense de la institución, admite que la elección de Guatemala como sede no fue al azar, sino por la problemática en la zona.
También por la «serie de buenas prácticas muy interesantes» acumuladas, como la cooperación e integración de esfuerzos regionales o la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense, que ha logrado «poner nombre» a decenas de cuerpos.
Y espera que esta cita mundial, en la que se analizarán medidas para mejorar la respuesta a las víctimas y establecer una plataforma para compartir experiencias mundiales, sirva de «cenicero de ideas» para seguir el rastro de todas esas personas ahora sin nombre.
Así, sus familias podrán cerrar el duelo, para que el trauma no sea «permanente».