Christian Zerpa: Otra magistrada quiso huir de Venezuela y la bajaron del avión
Con información de Tal Cual
La lista de los “peso pesados” del chavismo que deciden desertar aumenta. El último, hasta ahora, es Christian Zerpa, magistrado desertor de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia de Nicolás Maduro. Huyó con su esposa y dos hijas por Cúcuta, fingiendo un viaje familiar. Una vez estando en el vecino país dijo que era un alto funcionario del gobierno de Maduro y que su vida corría peligro en Venezuela. Cuando le sellaron el pasaporte en Colombia viajó a Orlando, Florida, desde donde anunció, casi un mes después, su ruptura con el chavismo.
Esta decisión originó que todos los magistrados estén en estado general de sospecha y que sus pasaportes hayan sido suspendidos. Zerpa confirma que según sus fuentes hubo otra magistrada que la bajaron del avión cuando se disponía a viajar hacia Aruba o Miami (no precisa el destino ni el nombre) por desconfianza del régimen de Maduro hacia ella.
Su designación como “magistrado express”, asegura, ocurrió por decisión de Cilia Flores. “En un país donde se respete la normativa yo no hubiese llegado a ser magistrado porque era muy descarado”, dijo en entrevista para TalCual.
Desde la ciudad de Orlando y a una semana de haber anunciado su decisión aseguró que del chavismo no quiere saber más nada. Solo ha hablado con la fiscal en el exilio Luis Ortega Díaz quien lo felicitó por su actuación, según dice, pero niega haber tenido contacto con otros desertores del chavismo. Dice estar harto y promete que esta será su última entrevista. También afirma no ser chavista. “Necesito pasar la página, ponerme a trabajar y seguir adelante”.
–¿Usted cree que en el TSJ de Maduro hay actualmente magistrados o jueces con quienes se puedan alcanzar acuerdos para una transición?
–Sí, pero hay mucho miedo. Si yo, que se suponía que era un tipo de los duros, tenía años pensando en esto (en desertar)… Yo sé que hay mucho descontento dentro del TSJ y en los casos en que no hay es porque lamentablemente hay magistrados y jueces que trafican con sentencias y favorecen a criminales, que prefiero no nombrar porque yo aún tengo a mi familia en Venezuela.
En mi caso, por ejemplo, en 2017 fui a la embajada de Canadá porque pensaba que lo que estaba pasando en el país era nefasto y yo fui a hablar con el embajador de Canadá en Venezuela y le dije que estaba muy consciente de la crisis que había en el país y que si de una u otra forma había un cambio constitucional yo no era de los que me iba a atrincherar en el cargo para impedir que hubiese una transición política en Venezuela, sino al contrario. Ellos como respuesta a eso esperaron que hiciera lo que estoy haciendo hoy (que se pronunciara), no tuvieron la paciencia del caso, asumieron que yo era el responsable de lo que está pasando hoy, y me sancionaron.
–¿Cuál es su interpretación jurídica después de la juramentación de Maduro ante el TSJ y el acatamiento de los artículos 233, 333 y 350 por parte de Juan Guaidó?
–Yo pienso que hay que apoyar a Juan Guaidó y que todos los factores, inclusive los radicales, le tienen que dar un voto de confianza y hasta darle el beneficio de la duda. En términos legales, a él le corresponde la Presidencia de la República porque existe un vacío de poder. Sin embargo, Maduro usurpa el poder y está despachando desde Miraflores. Por eso el primer paso que hay que dar es cerrar filas en torno a la conducción política de Guaidó.
A mi juicio, Guaidó tiene una ventaja porque es un chamo joven y quizás no está aspirando a la Presidencia. Lo que está pasando no es fácil porque hay una cúpula que se niega a entregar el poder porque perderían el acceso a tener dinero y porque saben que su destino es la cárcel. Por eso cualquier solución jurídica que se plantee para resolver esta situación va a chocar con el TSJ, que de alguna manera sigue teniendo vigencia en Venezuela, y se debe más bien pensar en ver cómo se articula a los sectores que se oponen al gobierno, a la sociedad civil, universidades, y el chavismo descontento que potencialmente se puede pronunciar. Hay que hablar con ese chavismo que es honesto, que no pierde nada si Maduro se va, y que más bien pudiera ganar mucho.
–Si la ANC dicen que está por encima de todos los poderes del Estado, ¿por qué Maduro se no se juramentó ante ella sino ante el TSJ?
–Porque Maduro tiene miedo de subordinarse ante Diosdado y que él termine dándole un golpe de Estado o tomando una decisión en el ejercicio del poder constituyente y diga de que ya no es más Presidente de la República. Esa es la verdadera razón política que está de anteojito. Pero en este caso sería una cucharada de su propia medicina.
–En relación con el empresario Raúl Gorrín recientemente sancionado por EEUU, ¿a qué intereses responde él? ¿A Maduro o a Diosdado?
–Raúl Gorrín es el jefe de una mafia que se enquistó en los tribunales y que fue creciendo gracias al apoyo de ciertos funcionarios públicos, entre ellos Alejandro Andrade, que quiso acumular riquezas a partir de la negociación de los bonos y las notas estructuradas. Él llegó a tener mucho poder y dentro de eso tenía una nómina de diputados. Él se jactaba de que tenía una fracción de diputados de oposición, que no quiero seguir diciendo los nombres, no porque no tenga las pruebas sino porque quiero apostar a la unidad de la oposición independientemente de que haya personas que no estén haciendo el papel que les corresponde. Sin embargo, el nombre que sí puedo aportar es el del diputado José Gregorio Correa que formaba parte de la nómina de este señor.
Gorrín también es el jefe de Maikel Moreno, que por cierto con Chávez vivo él no hubiese llegado a presidente del TSJ. Moreno obtuvo ese cargo a instancias de Gorrín porque la pareja presidencial rescata su nombre y lo designan. Cilia Flores es quien lleva directamente el Poder Judicial, pero la última palabra siempre la toma Maduro. No me queda la menor duda.
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