China, Francia y Georgia optan a dirigir la FAO desde diferentes visiones - 800Noticias
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EFE

Los candidatos de China, Francia y Georgia se presentan a la elección de mañana para dirigir la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con visiones diversas de la cooperación internacional.

Representantes de 172 de los 194 países miembros de esa agencia se reúnen desde hoy en el marco de la 41ª Conferencia de la FAO, su máximo órgano de gobierno, con la intención de elegir al sustituto del brasileño José Graziano da Silva para los próximos cuatro años.

Tras una campaña de la que se descolgaron los aspirantes de Camerún y la India, la votación, que es secreta, sigue el sistema de «un país, un voto» y se requiere una mayoría simple para que el resultado sea válido.

El candidato chino y viceministro de Agricultura, Qu Dongyu, abogó hoy en su intervención ante el plenario por la aplicación de la ciencia y la tecnología en la agricultura, y por fomentar la coordinación con empresas privadas como Bayer y Alibaba, entre otros actores.

Entre sus preocupaciones mencionó la vulnerabilidad del mercado, el cambio climático y las enfermedades transfronterizas, al tiempo que prometió aumentar los recursos de la organización un 10 % anual.

Antes de ser nombrado viceministro en 2015, Qu fue vicegobernador de la región autónoma de Ningxia (noroeste), así como vicedirector e investigador de la Academia china de Ciencias Agrícolas.

Pekín busca reforzar su posición a nivel mundial en un momento de disputa comercial con Estados Unidos y con proyectos como el de la Nueva Ruta de la Seda, que incluye importantes inversiones en países terceros.

El proyecto chino para la FAO está muy enfocado en la cooperación Sur-Sur que ha mantenido con otros países en desarrollo, especialmente en África y Asia, y ha generado dudas en algunos países occidentales por su posible falta de independencia y transparencia.

En contraposición, la candidata francesa y de la Unión Europea (UE), Catherine Geslain-Lanéelle, se dirigió en español, francés e inglés para expresar su compromiso de reforzar la cooperación basada en «el respeto mutuo y teniendo en cuenta la soberanía nacional».

También instó a producir más alimentos respetando los recursos naturales y desarrollar las cadenas de valor para luchar contra la pobreza en las zonas rurales.

Esta ingeniera agrónoma quiere ser la primera mujer en dirigir la FAO tras haber sido varias veces directora general en el Ministerio de Agricultura de su país y jefa de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

El tercero en liza es el exministro de Agricultura y actual asesor del Gobierno georgiano Davit Kirvalidze, quien dice contar con el apoyo de EEUU al tiempo que busca ser la alternativa de los pequeños países.

«Es el momento de elegir a alguien por su cualificación y no por el lugar donde ha nacido», dijo en un discurso en el que pidió el voto para un aspirante «de mente abierta».

Quien también fuera profesor universitario y hasta agricultor propugna la participación del sector privado, educación e inversión en tecnologías, entre otras soluciones adaptadas a cada país para erradicar el hambre, que sufren más de 800 millones de personas en el mundo.

Graziano da Silva, al frente de la FAO desde 2011, llamó la atención ante los periodistas de que otras formas de malnutrición como la obesidad están creciendo más rápido que el hambre -ya hay unos 2.000 millones de personas con sobrepeso- y hace falta transitar hacia sistemas alimentarios más sostenibles para evitar daños a la salud y el medioambiente.

Dicha organización, creada en 1945, funciona como un foro intergubernamental, está especializada en proyectos de desarrollo rural y maneja un presupuesto para 2018-2019 de 2.600 millones de dólares (2.286 millones de euros).

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