Chile | Mapuches convocan gran concentración tras anuncio del Gobierno
EFE
El grupo rebelde mapuche Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) anunció este lunes que participará en una concentración masiva convocada con otros movimientos en «apoyo a los presos políticos», y que tendrá lugar el miércoles frente a la cárcel de la ciudad de Temuco, en la que penan muchos activistas de esta etnia.
En un pasquín enviado a Efe, la organización armada, que se ha atribuido numerosas y diversas acciones violentas, insta a todas las comunidades de las regiones meridionales de la Araucanía y de Bío Bío «y al pueblo mapuche en general a apoyar a los presos políticos» en el citado presidio.
«Como organización entregamos nuestro irrestricto apoyo a Daniel Canío y a Luis Vásquez Tramolao, presos políticos de la CAM, y a los demás presos políticos secuestrados en la cárcel de Temuco: Leo Antican Pailacura, Rodrigo Cáceres Salamanca, David Torres Painemilla, Iván Huentecol Huenchullán, Carlos Fierro Huenuman, Moroni Ancalaf Prado, Matías Ancalaf Prado, Luis Kallfulican Tranamil Nahuel», se explica en la convocatoria.
Estado de Excepción
El pasquín fue difundido minutos antes de que la ministra del Interior, Izkia Siches, anunciara el restablecimiento del «estado de emergencia» en las dos regiones del sur, una medida que durante meses criticó ferozmente, y que permite el despliegue de las Fuerzas Armadas para tratar de apaciguar la creciente violencia en la denominada «zona macro sur».
«Hemos decidido hacer uso de todas las herramientas para garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos decretando estado de emergencia», explicó.
Esta medida regirá en toda la región de La Araucanía y en dos provincias de la región del Biobío (sur) para «resguardar las rutas, permitir el libre tránsito de personas y el abastecimiento», señaló tras reconocer que ha habido un aumento considerable de la violencia en los últimos meses.
La propia ministra recibió advertencias violentas, en forma de disparos al aire, de los grupos mapuche cuando hace dos meses viajó a la zona para entablar diálogo con estas comunidades que reclaman el derecho a recuperar sus tierras, en manos de colonos a los que se las vendió el Gobierno hace décadas y de empresas forestales extractivas que explotan bosques milenarios en los que se ha sustituido los árboles nativos eucaliptos que crecen más rápido y empobrecen la tierra y los acuíferos.
Llamada a las armas
El domingo, y al tiempo que el Gobierno que lidera el progresista Gabriel Boric estudiaba la opción de decretar un «estado intermedio» para no tener que repetir las medidas que criticó a su predecesor, Héctor Llaitul, uno de los líderes de la CAM consideró que se trataba de una «nueva provocación» y llamó a alzar las armas.
«Se viene el estado intermedio (…) Es decir, los milicos esbirros nuevamente desplegados por el Wallmapu (nombre ancestral del territorio mapuche) custodiando los intereses del gran capital. Es la expresión en pleno de la dictadura militar que los mapuches siempre hemos sufrido, dictadura que ahora asume el gobierno lacayo de Boric. (…) A preparar las fuerzas, a organizar la resistencia armada por la autonomía», declaró.
Este lunes, el Ejecutivo anunció que presentará una querella contra Llaitul al considerar que «En una democracia como la que tenemos, ningún grupo se puede alzar en armas contra el Estado».
Décadas de lucha
La CAM, cuya primera acción violenta se registró en 1997, es la organización más relevante del movimiento «autonomista» mapuche de los últimos 20 años, desarrollando, a diferencia de otras expresiones radicales, una línea política que apunta a la «liberación nacional» del pueblo mapuche, posición que choca con la propuesta de «plurinacionalidad» que avanza en la Convención Constitucional del país.
El pueblo mapuche, la etnia indígena más numerosa de Chile, reclama las tierras que habitaron durante siglos, antes de que fueran ocupadas a la fuerza por el Estado chileno a fines del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la «Pacificación de La Araucanía» y que ahora pertenecen en su mayoría a empresas forestales de poderosos grupos económicos.
En este contexto, son frecuentes los ataques incendiarios a maquinaria y predios y el conflicto ha costado la vida a un gran número de comuneros mapuche a manos de agentes del Estado, registrándose además la muerte de policías y huelgas de hambre de presos indígenas.