Chavismo busca recuperar el brillo perdido al amparo de una Constituyente - 800Noticias
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EFE

Sin las multitudes de las épocas de su líder histórico, el chavismo acudió este martes a las calles de Caracas para recordarle a la oposición que el presidente Nicolás Maduro cuenta con respaldo popular y defender la Asamblea Constituyente que convocó el gobernante con la idea de conjurar la crisis que sacude a Venezuela.

Entre bailes, arengas y canciones dedicadas al fallecido presidente Hugo Chávez, centenares de oficialistas, muchos de ellos empleados públicos, marcharon hasta el palacio de Miraflores y, entre aplausos, celebraron el anuncio de las bases comiciales para la Constituyente que Maduro presentó hoy.

Coros que repetían «Viva la revolución» o que recordaban el «Corazón del pueblo» de Chávez resonaban en los altavoces de camiones que recorrieron el centro capitalino, mientras hombres y mujeres batían banderas venezolanas al ritmo de la música.

«La Constituyente es del pueblo y tiene que ser del pueblo», dijo a Efe Manuel Arturo Laredo, uno de los asistentes a la movilización oficialista, que acusó a la oposición, cuyos líderes han convocado a las calles desde el pasado 1 de abril, de hacer «terrorismo».

En un mensaje a Estados Unidos, al que Maduro acusa de estar detrás de las protestas que dejan entre 53 muertos y 60 muertos según la fuente, este manifestante aseguró que hay «un pueblo decidido a todo por su país, por su Constituyente, por su presidente».

«Aquí está la Policía aguantando la arremetida que tiene la oposición contra el Gobierno», subrayó, en alusión a las manifestaciones, muchas de las cuales se han tornado violentas.

La movilización chavista, que partió desde la sede en Caracas de la estatal empresa de telecomunicaciones de Venezuela (CANTV), estaba liderada por un hombre que exhibía una pintura de la figura católica del Sagrado Corazón de Jesús.

Metros atrás se abría espacio un camión que llevaba en una plataforma a un personaje que vestido con boina y camisa roja hacía las veces del presidente Chávez e invitaba a los jóvenes a no dejarse manipular por la extrema derecha.

«Por eso les pregunto a los ‘guarimberos’ (manifestantes violentos), ¿ustedes creen que vale la pena seguir trancando (cerrando) las calles haciendo ‘guarimba’ (bloqueo) de manera terrorista para que haya una intervención y maten a tus padres, a nuestros niños, a nuestros nietos, a nuestros hijos», alertaba el personaje.

Señaló que, en caso de una intervención, caerían bombas. Y «las bombas no tocan puertas, las bombas caen y matan a todo el mundo», subrayó mientras era saludado efusivamente por los caminantes.

Casi cerca de Miraflores y junto a varias de sus compañeras, una integrante de un consejo comunal y de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), encargados de la distribución de las cajas con alimentos subsidiados, defendió que el chavismo es «alegría».

«Eso perjudica a sus hijos», declaró a Efe esta mujer que llegó a Caracas desde la cercana localidad de Ocumare del Tuy sobre las protestas antigubernamentales que sacuden al país desde hace más de 50 días y que calificó las manifestaciones de «horribles».

También desde una zona cercana a Caracas arribó María Morales, quien defendió que el pueblo «quiere paz» y «una nueva Constitución».

«Queremos darle a demostrar al mundo que no es la propaganda que nos hacen fuera de aquí, los violentos son los otros», subrayó María, quien aseguró que trabaja ayudando al pueblo.

Descartó tajantemente que Maduro no cuente con el respaldo popular.

«Aquí hay una marcha donde se le está demostrando (…) al mundo entero que Nicolás Maduro tiene pueblo, tiene gente y lo vamos a apoyar hasta el último instante de nuestra vida», afirmó.

Se quejó de que los otros países tienen problemas peores «que los que están ocurriendo aquí», pero consideró que «lo que pasa es que todos los países del mundo lavan sus ‘trapitos’ sucios allá y los de nosotros quiere lavarlos el mundo entero».

Mientras que Óscar Marquina, quien se identificó como «militante de la revolución», invitó a los medios internacionales a que «acompañen al pueblo venezolano», recorran los barrios y conozcan el «proceso» desde adentro y sus «milagros».

«Que busquen la manera de encontrarse con la población venezolana en los barrios, en los pueblos, para que vean la verdad», afirmó este hombre de 37 años, quien denunció una «campaña mediática» y «pequeños focos» que buscan mostrar al país «destrozado».

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