Cepillado en seco: una técnica que ayuda contra la celulitis - 800Noticias
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Entre las diferentes prácticas preventivas, pero también terapéuticas, de la medicina naturista destaca el cepillado en seco, por su sencillez y efectividad. Se considera una cura de endurecimiento o fortalecimiento.

El cepillado en seco es una técnica ya utilizada hace siglos por diferentes culturas, entre las que destacan las de los pueblos rusos, turcos y escandinavos.

Consiste en un masaje o frotación efectuado con cierta intensidad por toda la superficie del cuerpo con un cepillo siguiendo un recorrido determinado.

El principal objetivo del cepillado es calentar y mejorar la irrigación de la piel. El objetivo se logra cuando aparece un enrojecimiento intenso como señal del aumento de la irrigación y se percibe una sensación agradable de calor.

Para conseguirlo se desplaza el cepillo sobre la piel con una presión moderada y firme, sin levantarlo hasta acabar el recorrido de una zona o extremidad, para luego volver a empezar en la zona contigua.

CÓMO ELEGIR EL MEJOR CEPILLO PARA LA PIEL

Para realizar un cepillado solo hace falta un cepillo corporal, un guante o una manopla adecuados.

La dureza del cepillo o guante se puede escoger según la resistencia y sensibilidad que tenga la piel. Conviene renovarlos cuando las cerdas o fibra pierdan el tono o fortaleza suficiente como para provocar reacción en la piel.

El cepillo conviene que sea de cerdas naturales (cáñamo, pita…). Estas deben ser algo flexibles y de unos 2 cm de longitud como mínimo. Se puede encontrar en tiendas de productos naturales o farmacias. Un guante o manopla también sirve si es áspero y de fibra natural (de crin, por ejemplo).

Para acceder a la espalda puede emplearse un cepillo con mango (algunos se pueden poner y quitar) o una cinta o banda ancha de masaje.

Si se usan húmedos conviene dejarlos secar preferentemente al sol o cuando menos airearlos, para evitar que con el tiempo sean un potencial cultivo de hongos.

¿CÓMO REALIZAR EL MASAJE CON CEPILLO?

La dirección del masaje siempre debe ser hacia el corazón, partiendo de los puntos más distales a este. Es decir:

Se empieza por los dedos de los pies hasta las ingles por delante, y los glúteos y caderas por detrás.

Se pasa a las manos y se dirige la fricción hasta los hombros.

El vientre se cepilla circularmente, en el sentido de las agujas del reloj.

En la espalda se realiza de la columna vertebral hacia fuera: primero en el sacro y se sube un palmo en cada fricción hasta finalizar en las cervicales.

Tórax y cuello también se cepillan.

Se puede repetir de 3 a 6 veces seguidas. La frecuencia ha de ser rítmica y la intensidad puede ir en aumento en los días sucesivos. Se aconseja alternar tres semanas de cepillado y una de descanso.

Al principio la sensación puede parecer desagradable pero al cabo de pocas sesiones el cuerpo se acostumbra y el masaje resulta agradable y reconfortante. Si no, habrá que buscar un cepillo o guante más adecuado.

Se debe finalizar el cepillado frotándose con una toalla humedecida en agua fría (siguiendo el mismo recorrido) o con una breve ducha fría. Por eso, el momento ideal para el masaje es al levantarse, antes del aseo personal.

Aplicarse una crema o aceite hidratante tras el cepillado y la ducha ayuda a potenciar el efecto.

Para hacerlo más rápido y fácil hay quien practica el cepillado mientras se ducha. Sigue siendo una buena práctica preventiva, pero el efecto es menor que si se realiza en seco.

A continuación, si el tiempo lo permite, lo ideal es descansar diez minutos desnudo y bien tapado en la cama, hasta que desaparezcan el agradable «escozor» de la piel y su coloración rojiza. Si no es posible descansar, hay que secarse y vestirse enseguida.

Una condición previa es que la temperatura ambiental y corporal sea agradable. En verano hay quien prefiere practicarlo con la ventana abierta.

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BENEFICIOS DE CEPILLARSE LA PIEL

El cepillado sobre la piel, combinado con la aplicación del agua fría posterior, es un potente estímulo circulatorio, tanto de la sangre como de la linfa, que favorece la depuración y eliminación de sustancias tóxicas y grasas.

La alternancia del calor del masaje con el frío del agua supone una auténtica gimnasia vascular: aumenta la elasticidad de los vasos sanguíneos, normaliza la tensión arterial, previene problemas circulatorios como las varices y reduce el riesgo de aterosclerosis.

El entrenamiento a los contrastes de temperatura, añadido al fortalecimiento inmunitario por la eliminación de toxinas y el mejor riego sanguíneo, preparan para las variaciones estacionales y aumentan la resistencia a gripes y resfriados.

La mejora circulatoria en la piel, además de descongestionar los órganos internos y equilibrar la temperatura corporal, hace que la piel esté mejor nutrida y sea menos vulnerable a afecciones cutáneas como el acné o inflamaciones como la celulitis.

La eliminación de células muertas de la piel junto a la mayor afluencia de nutrientes desde los capilares sanguíneos, hace que la piel esté mejor hidratada, sea más firme, lisa y luminosa.

Por último, estimular las múltiples terminaciones nerviosas del tejido subcutáneo ejerce un efecto tonificante general que curiosamente se acompaña de una sensación de relajación y tranquilidad después de la aplicación.

Aunque la aplicación general es la más habitual, el cepillado en seco puede realizarse en zonas concretas con objetivos terapéuticos.

Se puede influir en los órganos internos cepillando con objetivos terapéuticos zonas concretas, conocidas como «zonas de Head». Se puede, por ejemplo, incrementar la secreción de jugos gástricos masajeando la región de Head del estómago.

Se puede tratar una celulitis cepillando directamente en seco la zona afectada.

El masaje con cepillo, aplicado con pautas específicas, también puede resultar beneficioso para personas en cama.

PRECAUCIONES Y CONTRAINDICACIONES DEL MASAJE CON CEPILLO

No debe cepillarse sobre varices importantes, edemas, zonas afectadas de acné, eccemas u otras dermatitis o lesiones cutáneas.

Tampoco en personas con excesiva sensibilidad en la piel, como en caso de dermografismo.

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