«Católicos revolucionarios» dicen que no permitirán otra Bolivia en Nicaragua
EFE
Un grupo de seguidores de Daniel Ortega, que se identificaron como «católicos revolucionarios», protestaron este lunes contra la iglesia Católica por acoger en sus templos a madres que hacen huelga de hambre por la liberación de sus hijos, y advirtieron no permitirán otra Bolivia en Nicaragua.
Los «católicos revolucionarios», dirigidos por Tomás Valdez, miembro de la comunidad cristiana nicaragüense San Pablo Apóstol, interrumpieron en la Catedral de Managua donde al menos nueve madres de «presos políticos» se sumaron este lunes a la huelga de hambre que 11 mujeres iniciaron la semana pasada en una parroquia de Masaya para exigir al presidente Ortega la liberación de sus hijos.
Las madres que realizan el ayuno se trasladaron a la Casa Cural para evitar ser agredidas o desalojadas a la fuerza.
ACUSAN A IGLESIA DE PROMOVER EL ODIO
Valdez dijo que los «católicos revolucionarios» no permitirán que la oposición, junto con los sacerdotes, hagan lo que hicieron con el pueblo de Bolivia, donde, según dijo, le dieron un «golpe de Estado» a Evo Morales que renunció a la Presidencia hace nueve días.
Los sandinistas entraron a la Catedral Metropolitana en medio de gritos, consignas y cargando pancartas contra los sacerdotes, a quienes tildaron de «fariseos», «hipócritas», y los acusaron de promover la violencia y la desunión de los nicaragüenses.
«Estamos ejerciendo nuestro derecho como cristianos católicos a estar en el templo que ha sido usado y manipulado para actos vandálicos», señaló Valdez.
Sostuvo que las parroquias están siendo utilizadas por la oposición, con el aval de la iglesia Católica, para promover el odio, el revanchismo y la destrucción del país, y no como una casa de oración, meditación y paz.
«Queremos que se dejen usar las iglesias para actos que nada tienen que ver con la promoción de la fe, del amor y la esperanza», indicó, en alusión a las huelgas de hambre.
«LA IGLESIA SOMOS TODOS»
Valdez dijo que acudieron a la Catedral para mostrar su rebeldía en contra de los sacerdotes y la jerarquía católica, porque, además, agregó, «la iglesia somos todos».
Con esa consigna y alzando pancartas, el grupo de seguidores de Ortega se mantuvo en el interior del templo, en donde sonaba música cristiana a alto volumen.
«Fariseos», «hipócritas», «queremos la paz», era entre otros los gritos de los sandinistas, mientras agitaban los puños de sus manos.
Valdez hizo una oración en público en la que destacó que estaban en el templo de los católicos nicaragüenses, no en el templo de los «fariseos, hipócritas, que a como a Cristo lo vendieron por unas monedas más».
Acusó a los sacerdotes de intentar dividir la iglesia Católica y a los católicos, incluyendo a los «católicos revolucionarios que somos aún más fuertes», y de rezar el Padre Nuestro «con un espíritu de maldad».
«NO PUDIERON, NI PODRÁN»
Posterior a la oración y a rezar un Padre Nuestro, los seguidores de Ortega gritaron «¡Viva la paz!», «¡Qué viva la virgen María!», «El pueblo unido, jamás será vencido» y «No pudieron, ni podrán», una frase atribuida a la vicepresidenta Rosario Murillo contra los opositores que, a su juicio, intentaron derrocar al Gobierno de Ortega en el marco de la crisis que estalló en abril de 2018.
Al menos 20 personas están en huelga de hambre por la liberación de sus familiares y en protesta contra Ortega, un grupo de 11 en la parroquia San Miguel Arcángel en la ciudad de Masaya (sureste), y 9 ahora en la Casa Cural de la Catedral de Managua.
Desde abril de 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 651 y el Gobierno reconoce 200 y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.