Carlos Sainz frente al Dakar más complejo de su carrera - 800Noticias
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EFE

El piloto español Carlos Sainz, vigente campeón del Dakar en coches, atraviesa en su decimocuarta participación en el rally más duro del mundo su año más complicado y frustrante, no solo por las condiciones atípicas de la pandemia del covid-19, sino por una navegación extraordinariamente compleja.

Sainz, al volante de uno de los buggys de Mini en carrera, terminó este jueves a más de 48 minutos del líder de la clasificación general, el francés Stéphane Peterhansel, su compañero de equipo que, de momento, es junto al catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota) el que menos se ha perdido en la ruta.

El piloto madrileño se encuentra en un escenario similar al de 2019, donde los sucesivos pinchazos por problemas en el sistema de inflado y desinflado automático de los neumáticos de su Mini echaron por tierra su carrera, pero esta vez el coche funciona a la perfección y el hándicap es la forma de orientarse en la ruta.

Por tercer día consecutivo, Sainz y su copiloto Lucas Cruz tuvieron problemas para seguir el rumbo correcto de la etapa y ya acumula dos etapas donde ha perdido casi media hora, algo inaudito en sus catorce participaciones en el Dakar.

«Lo que estoy viendo hasta ahora no es un rally… no me gusta. Nunca en mi vida me había perdido dos veces seguidas media hora», afirmó Sainz al término de la etapa, donde ve más lejos ganar por cuarta vez en su carrera el Dakar.

UNA CARRERA DE TRAMPAS Y OBSTÁCULOS

«Esto se está volviendo más una yincana que un rally raid», añadió el piloto madrileño, el más perjudicado hasta ahora de los favoritos por la mayor dificultad de esta edición en la navegación.

Antes de la partida de este Dakar, el segundo que se celebra en Arabia Saudí, el director de la carrera, David Castera, ya había advertido que este año la navegación sería más tortuosa que en ediciones pasadas, un aviso que parecía rutinario pero que se volvió una pesadilla para varios pilotos.

A ello se une que, este año, todos los participantes reciben el ‘roadbook’ (hoja de ruta) unos pocos minutos antes de tomar la salida en todas las etapas, al contrario de años anteriores, donde este documento se entregaba la noche anterior y los pilotos y copilotos podían anticipar lo que se iban a encontrar.

Esto hace todavía más importante la labor del copiloto, el encargado de interpretar todas las indicaciones del ‘roadbook’, una kilométrica hoja que indica el camino correcto a seguir para encontrar los diferentes ‘waypoints’ (puntos de paso), coordenadas de GPS que los pilotos deben desbloquear para completar la etapa.

Estas indicaciones se han vuelto este año aparentemente más laxas y no tan precisas, según Sainz, y en lugar de marcar claramente la vía a seguir en caso de una bifurcación de camino o un desvío, prima el ‘cap’, un rumbo magnético a seguir.

AVANZAR DESPACIO PARA IR DEPRISA

«Antes esos sitios eran señalados especialmente con atención para no pasarte y no perderte. Ahora es otra filosofía y la sensación es de tener que ir a 2 kilómetros por hora para encontrar un camino que casi no se ve…», lamentó Sainz.

Anteriormente el ‘cap’ era la referencia para avanzar a lo largo de decenas de kilómetros en espacios abiertos como mares de dunas en mitad del desierto, algo muy típico en la pasada edición del Dakar, pero no tanto en esta donde la caravana está discurriendo por cañones de roca y caminos pedregosos.

«Está claro que no lo hemos sabido interpretar y también mucha gente igual que nosotros. No es que no sepamos navegar con un ‘cap’ porque en las dunas no nos perdemos. Los caminos mandan un rumbo medio, pero luego hay cruces…», explicó Sainz al terminó de la etapa de este jueves entre Riad y Al Qaisumah.

«Es otra filosofía de entenderlo, pero a mí personalmente no me gusta. Prima más el ir despacio para entender el cruce que además se ve muy poquito. Es otro concepto de carrera de lo que hasta ahora he hecho en 14 años de Dakar», agregó.

REMONTADA COMPLICADA PERO NO IMPOSIBLE

Con siete etapas aún por delante, Sainz tiene complicado revertir esa desventaja si Peterhansel y Al-Attiyah, los dos pilotos que tiene por delante, siguen tan acertados como hasta ahora en la navegación, pues al contrario que el madrileño, solo han cometido pequeños errores que no le han costado más que dos o tres minutos.

A medida que esta situación se mantenga y no logre acortar distancias, puede darse el escenario que, como estrategia de equipo, Sainz pudiera hacer de escolta a Peterhansel en su lucha codo con codo con Al-Attiyah para prestarle ayuda mecánica en caso de que se sufriese algún percance el piloto galo.

Sin embargo, el francés, el piloto más laureado de Dakar al ostentar trece títulos, de ellos seis en motos y siete en coches, no ve tan distinto este Dakar a otros anteriores e incluso la última etapa de este jueves le pareció la más genuina de todas.

UN DAKAR «DE VERDAD» PARA PETERHANSEL

«Fue una etapa del Dakar de verdad. Muy complicada y demandante. Nada agradable de conducir ni de disfrutar el paisaje. Era muy fácil equivocarse. Al inicio nos hemos perdido dos veces y al final también Nasser», explicó Peterhansel.

«La navegación fue realmente complicada porque a cada pocos metros había un ‘cap’ diferente. Diferentes direcciones en una zona de pequeñas montañas y cañones de roca donde no era fácil seguir el rumbo. Creo que mucha gente se habrá perdido ahí», agregó el galo.

Son muchos los kilómetros que quedan por delante para llegar a Yeda, por lo que nada está decidido todavía en el Dakar, cuyos ganadores se comenzarán a definir en la última semana y a Sainz aún le queda una etapa con muchas dunas este viernes para acercarse a Peterhansel y Al-Attiyah antes del día de descanso este sábado.

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