Candidatos señalan polarización en Brasil en último debate presidencial en TV
EFE
Los candidatos a las elecciones presidenciales del próximo domingo en Brasil aprovecharon el último debate en televisión para cuestionar la actual polarización que divide al país entre el ultraderechista Jair Bolsonaro, que no asistió a la cita, y el socialista Fernando Haddad.
«Creo que el presidente que sea elegido en estas circunstancias no va a gobernar. Tendremos otra destitución», afirmó el candidato laborista Ciro Gomes al referirse a la actual división del país y al recordar que lo mismo ocurrió en 2014, cuando Dilma Rousseff se impuso por poco margen en las elecciones con un país igualmente polarizado y terminó destituida por el Congreso.
La mayoría de los siete candidatos que participaron en el debate se refirió a la radicalización que divide al país entre Bolsonaro, que lidera los sondeos con el 35 % del favoritismo y no acudió al debate debido a que aún se recupera de la cuchillada que sufrió en septiembre, y Haddad, el ahijado político del expresidente preso Luiz Inácio Lula da Silva y que lo escolta con el 22 %.
Según las encuestas, el ultraderechista y el socialista serán los dos más votados el domingo, pero, como ninguno conseguirá más de la mitad de los votos, tendrán que medirse en una segunda vuelta, en la que están técnicamente empatados en intención de voto.
La ecologista Marina Silva, la tercera más votada en las últimas dos elecciones presidenciales, coincidió en que el presidente que sea elegido en un contexto de polarización y radicalización como el actual no tendrá condiciones de gobernar.
«Si permanece ese ambiente de miedo a Bolsonaro, de miedo a Haddad, de rabia de uno u otro, Brasil vivirá los próximos cuatro años una situación de completa inestabilidad económica, política y social», afirmó la ecologista.
Marina Silva dijo que desde hace ocho años viene advirtiendo que Brasil se está dirigiendo hacia una situación de odio y separación y, en ese sentido, pidió a los electores que no consideren las elecciones como un plebiscito y que no decidan en función del miedo o del odio.
Pese a que la mayoría de las críticas fue dirigida a Bolsonaro, los candidatos de centro no se esquivaron de cuestionar también a Lula, que fue impedido de disputar las elecciones por estar encarcelado y purgando una condena de 12 años de prisión por corrupción y que terminó escogiendo a Haddad como su sucesor para la carrera electoral.
El senador centrista Alvaro Dias aseguró incluso que había traído una pregunta por escrito a Lula por considerarlo como el verdadero candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y recordó todas las denuncias de corrupción que han salpicado a esa formación.
El exministro de Hacienda Henrique Meirelles, candidato por el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), la formación liderada por el presidente Michel Temer, recordó que en 1989 los brasileños eligieron a Fernando Collor pensando que se trataba de un «salvador de la patria», como dice serlo Bolsonaro, y que el país cayó en una grave crisis que terminó en tragedia.
«Por eso es importante votar en proyectos y no en personas que prometen. Brasil vive actualmente el drama de un choque entre dos personalidades: el lulismo y el antilulismo representado por Bolsonaro. Le pido a Dios que nos ilumine para que encontremos otro camino», respondió Ciro Gomes.
Haddad aprovechó la ausencia de Bolsonaro para criticar las polémicas propuestas defendidas por algunos de sus asesores, como la creación de nuevos impuestos que afectan a los pobres y suspender algunos derechos laborales, como el salario adicional de diciembre y el pago extra por vacaciones.
«No podemos fingir que todo está bien. Hace meses estamos en una campaña marcada por el odio. Salimos hace 30 años de una dictadura y no estamos tan lejos de repetirla. Y siempre comienza así, con personas defendiendo las armas y diciendo que todo se resuelve a los golpes. Dictadura nunca más», dijo el izquierdista Guilherme Boulos, candidato por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL).