Campesinos de Nicaragua marchan por libertad de reos y la renuncia de Ortega
Fuente: EFE
Cientos de campesinos marcharon este viernes en Nicaragua por la libertad de los reos políticos y la renuncia del presidente Daniel Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, a quienes culpan de la muerte de 317 a 448 personas en la crisis del país.
«Se está llevando a cabo la marcha en el distrito de La Fonseca, pidiendo por la libertad de los reos políticos, asimismo, pidiendo la renuncia de Ortega y Murillo», comunicó el Movimiento Campesino, que organizó la manifestación.
A pie, a caballo o en motocicleta, los campesinos se manifestaron en las calles de tierra de La Fonseca, una comunidad ubicada en las montañas del sureste de Nicaragua, de donde es originaria la líder campesina Francisca Ramírez, uno de los personajes más respetados del país.
Ataviados con banderas azul y blanco, de Nicaragua, los manifestantes gritaron consignas como «¡Democracia sí, dictadura no!», «¡Pueblo únete!», o «¡Que viva Nicaragua, que vivan los campesinos, que vivan los estudiantes!».
También cargaron pancartas con las frases «Libertad para presos políticos» o «Medardo Mairena y Pedro Mena son campesinos, no asesinos».
Mairena y Mena, líderes del Movimiento Campesino, enfrentan juicio por terrorismo y otros delitos, tras ser capturados a unos 400 kilómetros de donde ocurrió el crimen de cuatro policías.
El Movimiento Campesino lleva 5 años protestando contra acciones del Gobierno que los perjudica.
Mairena es además un miembro de la Alianza Cívica que sostiene un diálogo con el Gobierno para superar la crisis, mismo que se encuentra estancado debido a la violencia que fomenta la parte oficialista, según ha dicho el Episcopado, que actúa como mediador y testigo.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha advertido sobre «la activación de prácticas de persecución judicial y criminalización contra las personas opositoras al régimen del Gobierno, manifestantes, estudiantes, activistas y defensores de derechos humanos».
La CIDH y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por «asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura, detenciones arbitrarias y criminalización de manifestantes», lo que Ortega ha negado.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, también con Daniel Ortega siendo presidente.
Las protestas contra Ortega y Murillo, se iniciaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.