Campaña presidencial en recta final pese a llamado a suspenderla
EFE
La campaña para los comicios presidenciales en Venezuela entró en su recta final con el Consejo Nacional Electoral (CNE) a la cabeza del proceso, mientras que la Iglesia católica, agrupaciones políticas y Gobiernos extranjeros insisten en pedir la suspensión de la contienda que se celebrará este domingo.
El CNE, un ente del que desconfía la oposición venezolana, realizó este lunes auditorías a las máquinas que se usarán el día de las votaciones y explicó que durante esta semana se cumplirán fases de prueba de toda la logística que requiere el llamado a las urnas.
El ente electoral recibió hoy al candidato opositor Henri Falcón que, durante una reunión con autoridades militares, pidió vigilar la transparencia e imparcialidad de los comicios e instó a la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, a «hacer su trabajo» y frenar los «abusos» del presidente y candidato a la reelección, Nicolás Maduro.
«Hemos denunciado un hecho inaudito en cualquier país, y es que el candidato del Gobierno en sus discursos, en cadena nacional (de radio y televisión), le dice a la gente que está dispuesto a comprar los votos», apuntó Falcón en Twitter, una vez culminada la reunión.
El exgobernador, un político que desobedeció a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) al inscribir su candidatura en estas elecciones señaladas de fraudulentas, denunció que Maduro está violando las normativas que rigen los comicios.
Falcón anunció además que, de ganar la elección, el exalcalde Claudio Fermín será su vicepresidente y, según recogen algunos medios locales, aseguró que el excandidato presidencial Henrique Capriles ocupará algún cargo en su gabinete, aunque esta aseveración no ha sido confirmada por Capriles.
Justamente hoy el Movimiento Estudiantil se pronunció para «desmentir» a Falcón que presume, aseguran los jóvenes, contar con el apoyo de este sector en su carrera por la primera magistratura.
La presidenta de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central (FCU-UCV), Rafaela Requesens, declaró ante periodistas que el opositor ni siquiera les ha presentado sus propuestas.
«Como Federación de Centros Universitarios no apoyamos lo que va a suceder el 20 de mayo (…) no es llamado a elección, la comunidad internacional no lo está reconociendo», dijo la estudiante.
En la misma línea se pronunció el partido Primero Justicia, en el que milita Capriles, para reiterar que la cita de este domingo es un intento del Ejecutivo por «desconocer la voluntad de la mayoría de los venezolanos y legitimar un proceso que no cuenta con el apoyo popular».
La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) fue más allá al pedir nuevamente que se suspendan las votaciones que, opinó, se celebrarán sin garantías suficientes.
La elecciones «tal como están concebidas, sin las suficientes garantías que identifican todo proceso electoral libre, confiable, transparente, con innumerables inhabilitaciones de posibles candidatos, lejos de aportar una solución a la crisis que vive el país, pueden agravarla y conducirlo a una catástrofe humanitaria sin precedentes.
La alta jerarquía católica venezolana valoró como «urgente» postergar estos comicios «para el último trimestre del año».
La curia sostiene su argumento de que «la crisis generalizada que se vive en el país tiene como consecuencia directa «la indiferencia ante una campaña electoral que no ha tenido emociones, ni proyecto país, ni un número considerable de seguidores».
Esto es, afirmó, la muestra de que «en el fondo el pueblo entiende que la convocatoria a estas elecciones ha sido hecha con tanta antelación por ventajismo e intereses políticos».
La CEV, que ha sido siempre crítica al Gobierno chavista, indica que a la luz de estos hechos «se deslegitima la realización de las elecciones presidenciales».
El domingo próximo los venezolanos también podrán escoger jefe de Estado entre el pastor evangélico Javier Bertucci y el ingeniero Reinaldo Quijada.
El líder de la llamada «revolución bolivariana» está a punto de terminar su primer período y va a las urnas por la reelección, con los principales líderes de oposición presos, evadidos de la justicia por liderar actividades antigubernamentales, o inhabilitados por investigaciones administrativas.
La MUD anunció hace meses su intención de no participar en estas elecciones bajo estas condiciones, entre otras razones, porque prevén que serán «fraudulentas», y además han emprendido una campaña para llamar a la abstención.