Cadena perpetua para una joven británica de 18 años por yihadismo
El País
Safaa Boular se ha convertido este viernes en la mujer más joven condenada por terrorismo islamista en Reino Unido. El juez Mark Dennis acaba de sentenciar a Boular, de 18 años, a cadena perpetua (de la que tendrá que cumplir un mínimo de 13 años) por los dos cargos por los que un jurado la había declarado culpable a principios de junio en el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales: planear un atentado (concretamente en el Museo Británico, una de las instituciones culturales más emblemáticas y concurridas de Londres) e intentar viajar a Siria con fines terroristas. De nada le sirvió a la defensa de Safaa (que había negado todos los cargos), culpar a la influencia perniciosa de una madre, una hermana y un novio radicalizados.
Según recoge la BBC, al dictar la sentencia, el juez Dennis le indicó a la joven que sus opiniones estaban «profundamente arraigadas» y que era «lo suficientemente mayor para tomar sus propias decisiones». Y añadió: «Por mucho que pueda haber sido influenciada y arrastrada al extremismo, parece que sabía lo que estaba haciendo y que actuó a sabiendas».
Boular era el miembro más joven de la que está considerada la primera célula islamista totalmente femenina desmantelada en suelo británico. Sus otras componentes eran la hermana de Safaa, Rizlaine Boular, de 22 años, y su madre, Mina Dich, de 44, que ya habían sido condenadas el pasado junio por planear un ataque terrorista, esta vez con cuchillo, en los alrededores del Parlamento. Tras declararse culpables, la primera fue sentenciada a cadena perpetua –de la que tendrá que cumplir un mínimo de 16 años–, por fraguar el atentado frustrado. A su madre la penaron con seis años y nueve meses de prisión, además de cinco años más en libertad condicional, por ayudarla. Por último, a una amiga de Rizlaine que conocía su objetivo, Khawla Barghouthi, y en cuya casa detuvieron a Rizlaine (que, además, fue herida de bala durante la redada), le correspondió una pena de dos años y cuatro meses de cárcel por no alertar de la trama a la policía.
Los hechos se remontan a hace más de dos años. Safaa Boular, que vivía con su madre en Vauxhall (al sur de Londres), comenzó a mostrar signos de extremismo después de los atentados de París en noviembre de 2015. Cuando tenía 16 años entró en contacto a través de las redes sociales con un miembro del ISIS que casi le doblaba la edad, Naweed Hussain. Británico de nacimiento, igual que ella, Hussain se había trasladado a Siria desde la ciudad inglesa de Coventry para unirse a la yihad. Pronto comenzaron una relación sentimental virtual que culminó incluso en un «matrimonio online», y la joven planeaba reunirse con él en suelo sirio para, presumiblemente, cometer juntos un atentado suicida.
Pero tanto ella como su familia ya estaban en el radar de la policía antiterrorista británica y, tras ser interrogada en el aeropuerto de Stansted en agosto de 2016 a su regreso de unas vacaciones en Marruecos, a Safaa le retiraron el pasaporte, lo que malogró su intención de abandonar el país. Fue entonces cuando Hussain –a quien vigilaban de cerca agentes encubiertos del servicio de inteligencia que se hacían pasar por extremistas islámicos en la red–, la instó a llevar a cabo un ataque en solitario en Reino Unido con armas y granadas (a las que en sus conversaciones se referían como «piñas»), e incluso le sugirió como objetivo el Museo Británico.