Buscan a dos jóvenes desaparecidos en una trocha de Táchira con Colombia - 800Noticias
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Luego de no obtener alguna pista sobre su paradero, la familia de un joven, que desde Nueva Esparta viajó al Táchira para trabajar, decidió hacer pública su desaparición y la del amigo que lo acompañaba en ese momento, hace casi dos años.

Indicaron que lo poco que en este tiempo lograron averiguar, sin confirmar, es que ambos fueron asesinados en el corregimiento colombiano Aguaclara, Norte de Santander, y que los autores serían miembros de uno de los grupos irregulares que operan entre Puerto Santander y Táchira.

Lo cierto es que al menos la familia de Alver Luis Sánchez Cabrera, que ahora debe tener 31 años de edad, quiere saber qué pasó con ellos. El 11 de julio de 2020, cuando se supo de él por última vez, estaba acompañado por el tachirense Olver Alfredo Leal Moreno, también desaparecido.

Contaron a La Nación que, en la isla de Margarita, el muchacho trabajaba vendiendo rifas de carros y motos, y que luego, cuando la situación económica empeoró, producto de la pandemia del covid-19, decidió viajar al Táchira, residenciándose en Coloncito, municipio Panamericano, donde intentó realizar el mismo trabajo, pero al no tener éxito optó por dedicarse a otros oficios.

De esta manera, junto con otro amigo de Coloncito, comenzó a contactar bodegas de esa población, ofreciéndoles a sus propietarios traerles desde Colombia los víveres que necesitaban para surtir sus establecimientos, y así lo hicieron por algún tiempo.

El día de la desaparición, Alver emprendió viaje hacia Aguaclara, pero en esa oportunidad no lo hizo con el amigo de siempre, sino con Olver, pero sí iban en la moto del amigo, una Suzuki, negra, AI8U37A. Llevaban, aproximadamente, unos 6 millones de pesos. No regresaron a Coloncito.

Al notar que pasaba el tiempo y que ni Alver ni Olver regresaron, el amigo y dueño de la motocicleta comenzó a preocuparse por ellos. Los buscaron en sedes policiales y militares de Ayacucho y Panamericano, en caso de que hubieran sido detenidos, pero no los hallaron.

Junto con otra persona, acudió a la trocha que comunica con Aguaclara, la que generalmente utilizaba con Alver.

Se atrevieron a preguntarles a unos hombres, que se hallaban a la entrada, si habían visto a los dos muchachos, describiéndoles cómo vestían ese día. Estos les habrían dicho que sí, que los vieron, pero que habían sido asesinados. Que nos los buscaran más.

Además, los conminaron a retirarse del sitio, antes de que las personas que supuestamente les quitaron la vida a los jóvenes hicieran lo mismo con ellos.

Antes de irse, los desconocidos también les dijeron que, la noche anterior, vieron a los asesinos paseando en la moto en que viajaban Alver y Olver, pero que le habían quitado la placa.

Después de allí, les han hecho llegar informaciones que no han podido verificar; incluso que, presuntamente, se los dieron a comer a unas anacondas que los criminales tienen como mascotas; sin embargo, son solo especulaciones.

Con información de La Nación

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