Buenos Aires nombra Huésped de Honor al actor español Imanol Arias
Fuente: EFE
Buenos Aires nombró este jueves Huésped de Honor al actor español Imanol Arias, quien se encuentra en la ciudad protagonizando una obra de teatro, ha rodado y actuado en varias ocasiones en Argentina desde hace 35 años.
La distinción fue entregada en un acto en el centro de la capital argentina, en la que Arias declaró a Efe: «Me sentía muy porteño, siempre lo he dicho, y este es un acto de generosidad y reconocimiento que me anima a seguir diciendo que pertenezco mucho a Buenos Aires y seguiré llevándola en mi corazón».
Por su parte, el ministro de Cultura de la ciudad destacó que el galardón había sido votado por unanimidad por la Legislatura de la ciudad, y aseguró que para Buenos Aires, «una de las capitales teatrales del mundo», es un «orgullo» contar con el actor y que este tiene con la capital un «vínculo que se remonta muchísimos años».
El ministro porteño apuntó que Arias es «una persona muy querida por todos los argentinos, no solo por el teatro sino también por el cine y la televisión».
Imanol Arias, que ya realizó su última obra teatral en Buenos Aires hace 24 años, ha vuelto a los escenarios con «La vida a palos», una función que cuenta la historia de un hijo y su padre y en la que el flamenco tiene un papel esencial; fue estrenada la semana pasada y en septiembre llegará a Barcelona.
El protagonista de «Cuéntame cómo pasó» recordó que llegó para hacer su cuarta película en noviembre de 1983 a Argentina, un país «con mucho dolor» pero «muy feliz» porque acababa de recuperar la democracia, y comenzó a rodar el mismo día que asumió el cargo el presidente Raúl Alfonsín, quien llegó a recibirle.
Arias dijo que se siente en la nación suramericana «exactamente como si fuese su país», y subrayó que a España y Argentina las une la lengua, «la patria común».
Además, al hablar de su buena relación con el país y sus problemas fiscales y las críticas en España, bromeó al afirmar: «En los países que visitamos solamente tenemos menos posibilidades de cagarla».
«En la refriega diaria de tu país todos los pequeños conflictos que puedas plantear están más presentes, pero desde hace un tiempo me he dado cuenta de que la gente te quiere, y si te quiere tiene derecho a criticarte», señaló Arias, y añadió que lo opuesto de la libertad de expresión no es «meterse con el que opina ni criticar lo que dice», sino «no hacer caso».