Brasil quiere ayudar y no promover una guerra en Venezuela, dice canciller
EFE
El canciller brasileño, Ernesto Araújo, afirmó este miércoles que el Gobierno de Jair Bolsonaro no pretende «promover una guerra en Venezuela» y que sus movimientos son apenas «diplomáticos», para intentar recuperar la democracia en ese país.
«No tenemos ninguna intención de promover una guerra con países vecinos y, en el caso de Venezuela, estamos empleando los métodos diplomáticos y pacíficos para ayudar a resolver la crisis», dijo el ministro ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
En ese marco, indicó que Brasil actúa «en articulación con otros países, a través del Grupo de Lima», que ha asumido «la iniciativa de una acción diplomática» frente a lo que «los propios venezolanos califican de genocidio silencioso» por parte de Nicolás Maduro.
Araújo insistió en que «la asunción legítima, constitucional y provisional» del jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, «crea una nueva realidad» y «por primera vez en veinte años» genera «una esperanza para el retorno de la democracia» a Venezuela.
En opinión del canciller, «hoy existe un Gobierno legítimo, que no tiene todos los instrumentos del poder, pero es la única vía para una solución» a la crisis venezolana, que «necesariamente» implica el «fin del régimen de Maduro», que «solamente tiene como prioridad reprimir a su propio pueblo».
El canciller sostuvo que la comunidad internacional debe mantener su presión «para que el nuevo Gobierno (de Guaidó) pueda convocar a unas elecciones libres», pues sólo así se acabará con una crisis que «no es accidental, sino que es una estrategia deliberada de control por parte del régimen».
Subrayó que Brasil respeta el «principio de la no intervención» en asuntos internos de los países, pero que su diplomacia también profesa «la obligación moral de la no indiferencia».
En ese marco, defendió la iniciativa de varios países de intentar hacer llegar ayuda humanitaria a los venezolanos, en una operación realizada desde Colombia y el propio Brasil que fracasó el pasado febrero, debido al cierre de fronteras ordenado por Maduro.
Esa operación «fue realizada dentro del principio de la no intervención», dijo el ministro, quien agregó que es «muy triste» que algunos sectores de la izquierda brasileña la hayan considerado como una «intromisión» en los asuntos internos venezolanos.
«Era una cosa casi humilde. Unos pequeños camiones cargados con comida y medicamentos» que «no resolverían todos los problemas de Venezuela«, pero podrían haber aliviado la situación de muchos de los ciudadanos de ese país, declaró.