Borrell: Leopoldo López no puede pedir asilo en la embajada
EFE
El ministro español de Exteriores en funciones, Josep Borrell, precisó este lunes que el dirigente opositor venezolano Leopoldo López no puede pedir asilo político en la Embajada de España en Caracas, donde está acogido desde el pasado día 1.
Borrell señaló que López va a permanecer en la residencia del embajador español en Venezuela, adonde llegó el pasado martes, pero sin que sea posible acogerse a la vía del asilo.
«Ha habido mucha confusión sobre las condiciones en las que estaba, si había pedido el asilo. Ha quedado claro que, de acuerdo con nuestra legislación, el asilo político solo se puede pedir cuando se llega a territorio español. Esa norma vale también para Leopoldo López», explicó el ministro.
Borrell realizó estas declaraciones a los periodistas antes del comienzo de la reunión anual del Consejo Científico del Real Instituto Elcano (el principal centro español de estudios internacionales), que Felipe VI presidió en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso (Segovia, centro).
Leopoldo López, su esposa, Lilian Tintori, y la hija de ambos, de 15 meses, se encuentran en la residencia del embajador español en Venezuela después de que fuera liberado por militares durante su condena de casi 14 años de prisión en régimen de arresto domiciliario.
El jefe de la diplomacia española remarcó que el caso de López es «la situación de una persona de acogida y protegida», lo que «impone una serie de normas lógicas de comportamiento».
«Porque la Embajada de España no puede ser un centro que se dedique a otro tipo de actividades. Eso es bueno por la propia estancia de Leopoldo López allí. Con eso, queda todo aclarado. Mientras se den las circunstancias que se dan, seguirá en la embajada», subrayó Borrell.
Según el ministro, aunque la representación diplomática es «territorio español a efectos de inviolabilidad territorial, no se considera territorio español a los efectos de pedir asilo», lo que solo sería posible en el caso de que pisara suelo español.
«Imagínese la cantidad de gente que lo intentaría hacer en vez de arriesgarse a cruzar el Mediterráneo para pedirlo cuando ponga el pie en España», argumentó el ministro.