Bolsonaro dice fue un acierto no invitar a su investidura a presidente cubano
EFE
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, arremetió este miércoles contra un artículo publicado por un diario cubano y dijo que uno de sus mayores aciertos fue el de no invitar al «dictador cubano» a su investidura el 1 de enero, en referencia al mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
«El diario estatal Granma, el único de Cuba, publicó un artículo con críticas al futuro gobierno. Cuba se alimentó de miles de millones de reales de impuestos de los brasileños en nombre del Foro de SP (Sao Paulo) y en detrimento de sus ciudadanos. No invitar a su dictador para mi posesión fue otro de mis aciertos», aseguró Bolsonaro en su cuenta en Twitter.
El artículo mencionado por Bolsonaro a través de las redes sociales se titula «¿Cómo ha vivido América Latina el año que termina?» y se refiere al «proceso de derechización» que se vive en países que habían sido gobernados por líderes de izquierda, como es el caso de Brasil.
El artículo fue publicado este martes por el periódico Granma, conocido como el portavoz del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y solo menciona al ultraderechista en un párrafo donde califica como «nefasta» su elección como presidente de Brasil.
En el texto también se critica fuertemente las medidas adoptadas por el presidente de EE.UU., Donald Trump, contra los inmigrantes centroamericanos, así como el recrudecimiento del bloqueo económico y financiero de ese país a Cuba, y defiende a los Gobiernos de Venezuela y Nicaragua los cuales, según el artículo, están «en el punto de mira del mismo imperio».
En el artículo, Granma considera «nefasta» la elección del ultraderechista Bolsonaro, con lo que pone fin a un período de 13 años de Gobiernos en Brasil del socialista Partido de los Trabajadores (PT), liderado por Luiz Inácio Lula da Silva.
Entre 2003 y 2010, Brasil estuvo bajo el mandato de Lula, quien sacó de la pobreza a cerca de 30 millones de personas y que hoy se encuentra tras las rejas condenado a 12 años por corrupción.
Lula fue sucedido por su ahijada política, Dilma Rousseff (2011-2016), que llevó al país a una crisis económica entre 2015 y 2016 de la que Brasil apenas empieza a recuperarse y quien fue destituida en 2016 por el Congreso por unas maniobras fiscales irregulares en las cuentas públicas.
Lula, quien tenía toda la intención de lanzarse para un nuevo período presidencial y lideraba todas las encuestas de intención de voto, no pudo ser postulado como candidato del Partido de los Trabajadores en los comicios del pasado octubre por su condición de condenado en segunda instancia.
El exmandatario dio la bendición al progresista Fernando Haddad quien perdió el balotaje frente a Bolsonaro.