Bolsonaro dice en Miami que la economía va por mal camino con Lula
EFE
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro dijo este viernes en Miami que «el norte de un país lo marca la economía» y no se siente «optimista» con el futuro económico brasileño por las medidas tomadas por el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva en su primer mes en el poder.
Bolsonaro habló así en el evento «Power of the People» (el poder del pueblo) organizado por el grupo conservador Turning Point USA en un club de golf perteneciente al consorcio empresarial de Donald Trump, expresidente de EE.UU.
El líder de TPUSA, el comentarista político y escritor conservador Charlie Kirk, presentó a Bolsonaro como un luchador contra el socialismo y el marxismo y un defensor de la libertad ante una audiencia de unas 400 personas, brasileños en su mayoría, pero también estadounidenses.
En medio de gritos como «Lula, ladrón, vuelve a prisión» y otros elogiosos referidos a él, Bolsonaro pasó revista a sus cuatro años de Gobierno y especialmente a sus políticas económicas y sociales.
Con ironía dijo que, habiendo hecho todo eso, aún se pregunta cómo ganó las elecciones Lula, líder del izquierdista Partido de los Trabajadores, quien fue abucheado por el público.
Fue una aparente alusión de Bolsonaro a un presunto fraude electoral, algo que el líder del TPUSA dijo que le «sonaba familiar», en referencia a Trump, quien afirma sin pruebas haber sido víctima de un robo en las elecciones de 2021, ganadas por el demócrata Joe Biden.
Bolsonaro, de 67 años, se encuentra en EE.UU. desde el 30 de diciembre pasado y está pendiente de un «cambio de visado» solicitado por su abogado en enero para permanecer más tiempo en este país, al que llegó siendo todavía presidente.
Los asistentes al evento, muchos con camisetas con los colores de Brasil, recibieron en pie y con aplausos al expresidente ultraderechista (2019-2023).
Durante el acto no hubo referencias al ataque perpetrado el 8 de enero por bolsonaristas a las sedes de los tres poderes del estado en Brasilia, del que Bolsonaro se desligó tímidamente en un comunicado emitido desde Orlando (Florida), donde está residiendo temporalmente.
Sonriente, muy bronceado y bromista, Bolsonaro agradeció el recibimiento que sus compatriotas radicados en Florida le han dado.
Aseguró que muchos de ellos pensaban regresar a Brasil si era reelegido, pero desistieron de hacerlo, y dio a entender que no se va a retirar de la política activa en Brasil.
BOLSONARO NO RENUNCIA A BRASIL
«No vamos a renunciar a Brasil», subrayó.
También dijo que está aprovechando este momento «para recargar las baterías».
Al finalizar su intervención, interrumpida por gritos de «mito, mito, mito», como le llaman sus seguidores para significar que lo que hizo en Brasil durante su Presidencia fue extraordinario, respondió a las preguntas del organizador del evento.
Sobre el avance de la izquierda en América Latina dijo que «desafortunadamente los discursos falsos, las promesas de un paraíso en la tierra, arrastran a mucha gente», y advirtió de que la liberad es algo precioso que «hay que cuidar a diario» y está «en riesgo».
En este punto habló de la «querida Venezuela» para señalar que le daba «tristeza» que políticos brasileños de izquierda, a los que no mencionó, hayan contribuido a crear «hambre y la pobreza» en un país que posee las mayores reservas de petróleo del mundo.
A su juicio, el socialismo y la izquierda en general quieren «igualar a la gente, pero en la miseria».
Este primer acto público de Bolsonaro desde las elecciones, como lo ha presentado Turning Point USA, se adelantó a la primera visita de Lula a EE.UU. desde su asunción, prevista para la semana próxima y durante la cual se entrevistará con Biden.
En una carta dirigida al presidente Biden tras los incidentes en Brasilia, un grupo de 46 legisladores demócratas pidió que se le revocara la visa a Bolsonaro con el argumento de que no se le puede dar refugio a líderes «autoritarios» que «inspiran hechos de violencia contra las instituciones democráticas».
Esta misma semana Bolsonaro, que no participó en la transmisión del mando a Lula da Silva el 1 de enero, fue homenajeado en Orlando (Florida) por unos 600 compatriotas suyos.
Sobre el Gobierno de Lula dijo en ese homenaje: «pueden estar seguros (…) si sigue en la línea que demostró en estos primeros 30 días no durará mucho».
A petición de la Fiscalía, el pasado 14 de enero, la Corte Suprema de Brasil incluyó al expresidente brasileño en la lista de investigados por la intentona golpista. EFE
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