Bolsonaro confirma que tiene COVID-19 y dice estar «bien» y «sin pánico» - 800Noticias
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EFE

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, de 65 años y un rabioso negacionista del coronavirus, que llegó a tildar de «gripecita», dio positivo al COVID-19, aunque aseguró que se siente «bien» y que recibió el resultado «sin pánico».

Después de meses desafiando al virus casi a diario, el mandatario informó en persona a un grupo de periodistas situados a menos de dos metros de distancia sobre el resultado del examen al que se sometió la víspera, que lo incluye en una lúgubre estadística que suma en Brasil unos 1,6 millones de casos, con cerca de 70.000 muertes.

«Confieso que creí haberlo contraído hace unos meses» debido a su «dinámica actividad» y «permanente contacto con el pueblo», dijo el mandatario, quien agregó que se siente «perfectamente bien» y que ya se trata con cloroquina, un antipalúdico cuya eficacia contra el coronavirus defiende pese a las dudas que existen en la ciencia.

También dijo que los síntomas son «leves», que se comprobó con una radiografía que sus pulmones «están limpios» y subrayó que se siente «sin pánico», aunque respetará los «protocolos» de la cuarentena en su residencia oficial durante las próximas dos semanas, pues «valen para todo ciudadano».

Aclaró que seguirá «despachando» normalmente, aunque lo hará por videoconferencia, al menos mientras los médicos le recomienden que evite el contacto con otras personas.

Sin embargo, fiel al desdén con que trata la pandemia desde el inicio, el líder de la ultraderecha reiteró que el coronavirus es «como la lluvia» y por tanto «mojará a muchos», incluido él ahora, y que el país debe acelerar la desescalada, pues «el desempleo mata» y «no se puede parar de trabajar».

Además de tener 65 años, Bolsonaro ha pasado por varias cirugías desde septiembre de 2018, cuando fue acuchillado en medio de un acto de su campaña electoral, aunque de todos modos se sostiene que su «histórico de atleta» lo mantiene en excelente condición física.

MINISTROS, LA FAMILIA Y HASTA EL EMBAJADOR DE EE.UU. SE EXAMINAN

Este último fin de semana, al igual que los anteriores, el jefe de Estado mantuvo una febril actividad en las calles y, como ya es usual, sin precaución alguna.

Fue un fin de semana más en la vida de un mandatario que, aún en plena cuarentena, circuló por las calles, asistió a actos públicos sin la máscara preceptiva, abrazando y besando a partidarios sin cuidado alguno y con un menosprecio constante ante la enfermedad.

El sábado, estuvo en el estado de Santa Catarina, se reunió con varias autoridades y saludó a decenas de partidarios.

Luego regresó a Brasilia y visitó al embajador de Estados Unidos, Todd Chapman, para celebrar el Día de la Independencia de ese país junto al canciller brasileño, Ernesto Araújo, y otras personas.

Todos posaron abrazados para fotos, sin máscaras, y se mostraron alrededor de una mesa sin prevención alguna, lo que ha llevado al diplomático a someterse también a un test de coronavirus.

A diferencia de Bolsonaro, Chapman no ha presentado síntomas de enfermedad alguna, pero pasará preventivamente por exámenes.

Asimismo, se han sometido a pruebas todos los ministros que han estado con el mandatario en los últimos días y su familia, que ya desde la semana pasada se preocupa con la salud de una abuela de la esposa de Bolsonaro, de 80 años e internada con COVID-19.

LA CUARTA FUE LA VENCIDA

El examen que dio positivo fue el cuarto al que se sometió el presidente brasileño desde marzo pasado, cuando pasó por el primero tras regresar de una gira por Estados Unidos, que incluyó una cita con su homólogo Donald Trump y del que la mitad de sus acompañantes regresó con COVID-19.

Entre marzo y abril, Bolsonaro se sometió a otros dos exámenes y en todos se comprobó que no había contraído el patógeno.

Lo curioso es que esos análisis, cuyos resultados el mandatario se negaba a difundir a pesar de garantizar que habían dado negativo, fueron realizados bajo los seudónimos de «Airton Guedes» y «Rafael Augusto Alves da Costa Ferraz», aunque en todos los casos figuraban su cédula de identidad y número de registro fiscal.

Los exámenes de laboratorio fueron finalmente difundidos por una orden de la Justicia, después de que el diario O Estado de Sao Paulo pleiteó en tribunales por el asunto, debido a su «interés público».

Esta vez, a diferencia de las anteriores, el resultado del examen de laboratorio fue publicado inmediatamente por la Presidencia, con el debido nombre del mandatario.

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