Boicots en G20 de Exteriores de Bali por presencia de Lavrov
EFE
El Gobierno japonés confirmó este viernes que anoche boicoteó la cena de recepción de la reunión de ministros de Exteriores G20 en la isla indonesia de Bali debido a la presencia del canciller ruso, Serguéi Lavrov, protesta a la que también se habrían unido otros países del G7.
El ministro japonés de Exteriores, Yoshimasa Hayashi, no asistió a la cena, ya que «la comunidad internacional considera que la relación con Rusia ya no se puede volver como antes de la invasión de Rusia a Ucrania», señaló desde Tokio el viceportavoz del Gobierno nipón, Seiji Kihara.
La asistencia del canciller ruso en Bali se ha convertido en una presencia incómoda, aunque ciertos países como Alemania aseguran que los ministros no boicotearán la reunión.
La ministra de Exteriores indonesia, Retno Marsudi, informó ayer de que sus homólogos del G7 (EE.UU., Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) le habían comunicado que no asistirían a la cena de bienvenida del jueves, aunque, salvo Japón, ningún país ha confirmado de momento su ausencia.
Marsudi, anfitriona del evento pues Indonesia preside este año el G20, aseguró que su país «entiende y respeta» la decisión de los ministros, según publica este viernes el diario indonesio Tempo.
Para muchos de los ministros del grupo de las principales economías industrializadas y emergentes se trata de la primera ocasión de ver en persona a Lavrov después de que su país invadiera Ucrania a finales de febrero, generando un conflicto que perdura y que ha disparado los precios energéticos y de alimentos en el mundo.
La situación en Ucrania y sus consecuencias planetarias centran el encuentro de los jefes de la diplomacia en Bali, donde se espera que los consensos reflejen los bloques de Estados Unidos con socios como la Unión Europea y Japón, entre otros, y China más cercana de Rusia, si bien muchos aprovecharán para pedir a Pekín que persuada a Moscú de frenar la guerra.
Lavrov, de momento, solo se ha visto con Wang Yi, su homólogo chino, y su presencia no es del agrado de muchos; su llegada este viernes a la recepción con la anfitriona, Marsudi, antes de las reuniones multilaterales, fue acompañada de gritos de reproche de fondo.
«¿Cuándo pararás la guerra?»,»¿Por qué no paras la guerra?», se escuchaba entre los asistentes.
