Blocks, el primer ‘smartwatch’ modular
La compañía británica Blocks Wearables lanzó este martes una campaña en Kickstarter con la que busca recaudar fondos para Blocks, un reloj inteligente con una correa hecha de módulos que el usuario puede intercambiar de un día a otro según la función que desea utilizar.
Aquellos que contribuyan a la campaña podrán conseguir un Blocks con cuatro módulos por US$250, un descuento del 37.5 por ciento del precio regular del reloj. La meta de Blocks Wearables es sobrepasar los US$250,000 en 37 días para comenzar a distribuir los relojes en mayo de 2016. En menos de una hora, Blocks ya había rebasado su objetivo de recaudación.
«Soy un apasionado de la interacción entre humanos y computadoras», dice Alireza Tahmasebzadeh, el cofundador de Blocks Wearables, a CNET en Español, sobre los orígenes de Block. «Yo estaba trabajando en un dispositivo con control de gestos; ésa era la idea inicial, pero mis amigos no querían eso; ellos querían funciones, pero cada uno quería algo diferente».
Así surgió la idea de la modularidad para los relojes.
Lo que diferencia a Blocks son precisamente sus módulos inteligentes. Cada módulo tiene su propia unidad central para el procesamiento de información. Los módulos se conectan a través de bisagras diseñadas especialmente para transmitir dicha información y llevar esos datos a la cabeza del reloj. Los módulos se fabrican independientemente del reloj, pero mantienen su compatibilidad con el dispositivo.
Oficialmente sólo se conoce de otra compañía que trabaja en un dispositivo modular: Google y su teléfono modular, conocido como Project Ara y que se espera lance también durante 2016.
Blocks, que tiene una pantalla a color, funciona con una versión modificada de Android Lollipop que, según el líder del equipo de software de la compañía, Karl Taylor, le facilita comunicarse con los diferentes módulos. El reloj, que no necesita los módulos para funcionar, tiene muchas de las funciones básicas de un reloj inteligente incluyendo un micrófono. Pero si el usuario quiere añadirle, por ejemplo, un monitor cardíaco, un lector de huellas dactilares, un tarjeta SIM, un sensor de comunicación de campo cercano (NFC, por sus siglas en inglés) para pagar con Android Pay o una batería adicional, puede personalizar su Blocks con un módulo.
El reloj es compatible con apps para iOS y Android.
Por dentro, el reloj tiene un chip Snapdragon 400 de Qualcomm impulsado por un procesador de cuatro núcleos ARM y 512MB de RAM. También tiene la batería, los sensores para el Bluetooth y Wi-Fi y un sensor de vibración para las notificaciones que recibirá el usuario.
«Somos muy afortunados de que Qualcomm haya querido trabajar y colaborar con nosotros porque tiene algunos de los mejores chips en el mercado», dice Tahmasebzadeh. Los chips de Qualcomm ofrecen «la cantidad precisa de desempeño computacional y optimizan el uso de energía».
Tahmasebzadeh dice que el Snapdragon 400 ofrece el procesamiento para el desempeño que necesita Blocks sin sacrificar la calidad. Qualcomm tiene una amplia colección de procesadores para que los distintos clientes puedan encontrar uno que tenga la capacidad de hacer lo que quiere (computación de texto vs. gráficas, Bluetooth o Wi-Fi, por ejemplo) y que quepa en un espacio pequeño.
«Chips de otras compañías hubieran sido más baratos [que el Snapdragaon] pero entonces el reloj hubiera sido de baja gama», añade Tahmasebzadeh.
Para guardar espacio, reducir el costo de fabricación y hacer Blocks más asequible al consumidor, Blocks Wearables limitó la cantidad de sensores que integraría el reloj. Ahora, con Blocks, el usuario decide las funciones que quiere comprar y usar.
«[La modularidad] no era posible antes porque la tecnología de sensores era más grande; ahora es más pequeña», dice Tahmasebzadeh. «Estoy seguro de que otras compañías experimentan con la tecnología modular porque hace al dispositivo único y amplía la vida del dispositivo».
Como ocurre con las tecnologías nuevas, es importante notar que Blocks podría tener algunos contratiempos. La propia compañía advierte que su ecosistema está en proceso de crecimiento y que carecen de la ayuda de terceros para desarrollar más módulos y el software que los hará compatibles con el núcleo. Aun así, Blocks Wearables dice contar ya con la ayuda de grandes compañías de tecnología y unos 1,500 desarrolladores que desean diseñar módulos para Blocks.
«Definitivamente creo que la modularidad será una de las tendencias más grandes del futuro», dice Tahmasebzadeh. «No sé si le guste a todos, pero habrán muchas personas que querrán personalizar su dispositivos».
Fuente: cnet.com