«Birds of Passage» el alma indígena frente a la violencia del narcotráfico
EFE
Los efectos devastadores de la violencia del narcotráfico en una comunidad indígena centran «Birds of Passage», película colombiana cuyos directores, Cristina Gallego y Ciro Guerra, se mostraron en contra de glorificar el mundo del narco y de convertir a los delincuentes en héroes del pueblo.
«Nuestro punto de partida fue un inconformismo sobre la representación del narcotráfico. Sentíamos que se habían hecho varias películas y series sobre el narcotráfico, que han sido las más vistas internacionalmente, pero estas aproximaciones han glorificado la idea del narcotraficante: lo han convertido casi en un Robin Hood, lo han vuelto muy glamuroso», dijo Gallego a Efe.
«Queríamos mover esa idea extranjera que se ha marcado en la cinematografía y televisión desde los años 80. Desde ‘Miami Vice’, estamos viendo cómo nos representan desde afuera, pero no había una película que hablara de lo que significa para nosotros esto», añadió.
Tras mostrarse en Cannes o San Sebastián y quedarse a las puertas de competir por el Óscar a mejor cinta extranjera (figuró entre las nueve semifinalistas pero no logró estar entre las cinco nominadas), «Birds of Passage» se estrena esta semana en Estados Unidos para explorar los inicios del narcotráfico en Colombia y las destructivas y trágicas consecuencias que dejó en las comunidades indígenas.
Protagonizada por José Acosta, Carmiña Martínez y Natalia Reyes, «Birds of Passage», filme cuyo nombre en español es «Pájaros de verano», narra el auge y caída de una familia wayú seducida por el dinero fácil del tráfico de drogas.
Las tradiciones ancestrales y el respeto a la paz de esta comunidad se enfrentan a la crueldad despiadada del crimen organizado en una película que se llevó tres Premios Fénix de cine iberoamericano (mejor filme de ficción, mejor música original y mejor actriz para Carmiña Martínez).
«Lo que hacen el capitalismo salvaje, el poder y la ambición es romper justamente esos códigos de una sociedad wayú que es supremamente inclusiva, supremamente fuerte en sus códigos y sus tradiciones», argumentó Gallego.
«La llegada de esta gran cantidad de dinero y violencia pues, simplemente, rompe todo», añadió.
Con una espléndida fotografía y mucha atención al papel de las víctimas y no solo al de los verdugos, «Birds of Passage», según el codirector Ciro Guerra, también juega y subvierte las reglas del cine de mafiosos.
«Es un género que el público conoce y con el que se puede identificar fácilmente, pero lo utilizamos como una especie de vehículo para llevar al público a un lugar completamente diferente, que no están acostumbrados a ver», afirmó.
«Es un género que trata mucho de la celebración del machismo, de la masculinidad, de la violencia, del derroche y de la ambición. Y nos interesaba darle un giro con el hecho de que esta historia hubiera ocurrido en una sociedad matrilineal donde las mujeres son tan fuertes, donde tienen una voz y una presencia tan importante», dijo.
Por su parte, Gallego matizó que «Birds of Passage» refleja «la corrupción desde adentro», sin «buenos o malos», sino simplemente presentando a una serie de personas atrapadas en «un destino trágico».
«Queríamos hablar de esa ‘no salida’ en la que el poder y el dinero corrompen la sociedad», indicó.
Guerra y Gallego, tándem creativo que fue nominado en 2016 al Óscar a mejor cinta extranjera por «El abrazo de la serpiente» (él como director y ella como productora), dijeron que ha sido «muy lindo» comprobar que un largometraje con una historia tan local y específica como «Birds of Passage» ha tenido eco y ha conmovido a espectadores de todas las latitudes.
«Hemos visto cómo el cine tumba las barreras y permite la conexión en los seres humanos más allá de diferencias de cultura, de raza, de religión o de país», consideró Guerra.
Por último, ambos se mostraron satisfechos por la creciente presencia de películas colombianas en los festivales más importantes de cine.
«Colombia era un país que tenía mucho por contar, mucho por contarse a sí mismo. Le faltaba descubrirse. Y ha sido un proceso en el que toda una generación ha salido a contar las historias de un país que es muy diverso, muy desconocido incluso para los mismos colombianos», subrayó Guerra.
«En un momento en el que el cine está un poco estancado, donde todo lo que se ve son mismas películas de hace 30 años o repeticiones o secuelas, se necesitan siempre nuevas voces que renueven y siento que el cine colombiano está lleno de esas voces», finalizó