Belleza vegana, el futuro de la cosmética
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La cosmética vegana, o también llamada «cruelty free«, llega al universo de la belleza con la intención de quedarse, y está siendo muy bien recibida.
Se considera que, además de tener respeto por el medioambiente y por los animales, consigue unos resultados similares a los que produce la cosmética convencional.
Cada día se valoran más los productos veganos, «es decir, que no utilizan ningún ingrediente de origen animal o derivado, ni testean productos en animales». Esto lo explica a EFE, Kat Von D., creadora de la firma de maquillaje Kat Von D Beauty.
Considera que es cuestión de normalizar y modernizar el término vegano, «ya que durante muchos años se ha asociado al de un hippie engreído», añade.
Los cosméticos veganos no deben ser «necesariamente marrones y verdes», dice Kat Von D., quien adora los productos de lujo, el estilo y los embalajes artísticos.
Los tiempos cambian en la cosmética
Hasta hace unos años, la cosmética natural no siempre aguantaba bien el paso del tiempo, a duras penas olía bien y no tenía buena textura.
Ahora, son muchas las empresas de cosmética que siguen esta filosofía y conciencia animalista. Una manera de cuidar nuestro entorno y maquillarse en comunión con la naturaleza.
«Hoy, este tipo de productos resisten cualquier comparación en cuanto a eficacia. Y algunos tienen una sensorialidad que supera a los antiguos», explica a EFE Dafna, creadora de Dafna´s Personal Skincare.
La principal diferencia entre la cosmética natural y la convencional, es la manera en la que se ha obtenido la materia prima. En el caso de los productos veganos, son aquellos que no contienen ingredientes procedentes de animales. Tampoco generados por ellos, como pueden ser la leche o la miel.
Y es por esto por lo que, por una parte, las grandes marcas de belleza están apostando por crear líneas de cosmética natural. En las que los productos toxic free serán el futuro; y, por otra, las pequeñas marcas están consiguiendo ganar prestigio en este campo.
Bárbara Torres, coordinadora de la firma en Madrid, explica que “la gente demanda cada vez más productos de cosmética veganos. No es solo una moda, hay una ética y concienciación real al respecto”.
Ofrece su compañía una gran variedad de productos veganos para la cosmética, que van desde removedores de extensiones, pasando por tintes o geles. Hasta cepillos y desmaquillantes.
Por su parte, Joaquín Pinar, de Wherteimar, cuenta que en este tipo de cosmética “no se utilizan pesticidas químicos, ni herbicidas tóxicos. Tampoco productos testados en animales, ya que se apuesta por una filosofía vegana que no afecta a la salud de la piel ni produce alergias. Sin colorantes ni aromatizantes”.
Siguiendo la estela de cuidados para la piel, la marca The Body Shop ha lanzado varias líneas de cremas hidratantes veganas. Tanto para la cara, como para el cuerpo. Y también específica para manos, caracterizadas por una absorción rápida de solo 15 segundos, que mantiene la piel hidratada 48 horas.
Uno de los campos en los que más se ha notado la belleza vegana, ha sido en el sector de las uñas y esmaltes. Y la firma Bio Sculpture es un claro ejemplo de ello.
Los parabenos
Tras la mala fama de los parabenos, la tendencia actual es la cosmética natural orgánica, biológica, ecológica o vegana, ¿qué les diferencia?
El objetivo de este tipo de cosmética es utilizar materiales mínimamente modificados, y un proceso de fabricación respetuoso con nuestro planeta.
La cosmética «verde» se elabora con ingredientes ecológicos y cultivados, suele evitar reacciones en la piel, y permite la recuperación de su equilibrio natural.
En función de la normativa de cada país, se emplean distintos términos para referirse a la cosmética sin conservantes, perfumes sintéticos, parabenos, siliconas o colorantes. Por ejemplo, en Estados Unidos se llama cosmética «orgánica», mientras que en Francia se denomina cosmética «biológica»; y en otros países, cosmética «ecológica».
No existe una norma sobre estos tipos de cosmética, pero algunas empresas han creado certificados para controlar el proceso de elaboración.
Un producto es orgánico cuando, al menos, el 95 % de sus ingredientes han sido extraídos con métodos naturales y sometidos a un procesamiento mínimo.
La cosmética orgánica debe cumplir una serie de normas: desde la elección de los ingredientes, hasta los métodos de elaboración que se utilizan.
La cosmética ecológica y biológica, se fabrica exclusivamente con materias primas que han sido cultivadas sin pesticidas, herbicidas ni abonos químicos o derivados del petróleo.
En su composición están prohibidos los aceites sintéticos y minerales, y las sustancias de origen animal. Salvo la lanolina, procedentes de la lana de las ovejas; y la cera de las abejas. En su proceso de transformación, no se contamina el medioambiente.
Cuando se habla de cosmética ecológica, también se tiene en cuenta que las empresas que trabajan productos de cosmética bajo esa etiqueta, emplean materiales reciclables. Así como sostenibles, en sus envasados y empaquetados.
Muy pronto, la cosmética natural no será la excepción, sino la norma, ya que la sociedad está concienciada y preparada para cuidar el planeta.