Bebés prematuros con mayor riesgo de diabetes y obesidad a futuro
Agencias
Los bebés pretérmino pueden ver comprometida su salud a largo plazo con un mayor riesgo de diabetes y enfermedades relacionadas con la obesidad, así como una vida más corta, según un estudio de la Universidad Ben-Gurion de Israel. Esto es, cuando el bebé nace antes de las 37 semanas de gestación (el embarazo se considera a término cuando la gestación ha durado entre 37 y 42 semanas).
El estudio, publicado en el American Journal of Obstetrics and Gynecology, analizó informaciones sobre hospitalización de niños hasta los 18 años, comparando la salud de los bebés prematuros con la de los que nacieron a término (54.073 partos tempranos y 171.000 partos a término).
Los efectos. Las observaciones arrojaron que las hospitalizaciones hasta los 18 años estuvieron relacionadas a la morbilidad endocrina y metabólica más frecuentemente en el grupo de bebés prematuros que en los nacidos a término, especialmente desde que cumplen cinco años, según Eyal Sheiner, vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Salud BGU (FOHS) y jefe del Departamento de Obstetricia y Ginecología en el Centro Médico de la Universidad de Soroka.
A partir de esa edad precisamente, y aún según el trabajo, se registran tasas significativamente más altas de diabetes mellitus tipo I en bebés que se adelantaron a su fecha parto prevista. Asimismo, la obesidad fue significativamente más frecuente entre los primeros años de los individuos de este grupo.
Posible razón de partos prematuros. En general, a partir del estudio, se observó que los embarazos se adelantaban más probablemente por trastornos hipertensivos y diabetes materna (tanto gestacional como pre-gestacional), acabando, más a menudo, en cesáreas y bebés bajos de peso.
El trabajo confirma que el embarazo es un proceso natural pero de cuidado para la salud a largo plazo del bebé y la madre. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chicago (EE.UU.) muestra que tomar antibióticos durante el último período de embarazo o la lactancia, predispone al bebé a desarrollar enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
