«Barry» se acerca a Luisiana y amenaza con convertirse en huracán
Agencias
Miles de ciudadanos evacuados, vuelos cancelados y estado de emergencia. La tormenta tropical Barry amenaza con convertirse en huracán mientras se acerca, cada vez con más fuerza a las costas de Luisiana. La población ya ha empezado a hacer acopio de comida, agua y gasolina. Los vientos avanzan a una velocidad de 65 millas por hora, pero lo que más preocupa a las autoridades son las posibles inundaciones. En la zona cero del peligro, Nueva Orleans, el alcalde pidió a los vecinos que no salieran a la calle más tarde de las ocho de la noche.
Barry levantará olas desde el Golfo de entre 60 y 120 centímetros, según datos de los expertos recogidos por France Presse, con lo que las aguas del río Misisipi podrían superar los seis metros de barrera que protegen la ciudad, de 400.000 habitantes. «Es la primera vez que un huracán impactará en Luisiana mientras el Misisipi se encuentra en un momento de inundación», afirmó este viernes el gobernador del Estado, John Bel Edwards, al tiempo que alertaba del episodio de «lluvia extrema» que se avecina.
En Nueva Orleans el peligro de Barry trae al reacuerdo un capítulo siniestro de la historia reciente de la ciudad: el devastador huracán Katrina de 2005, que arrasó también parte de Alabama y Misisipi y segó la vida de 1.800 personas. Fue el más letal de la historia de Estados Unidos. Los medios locales recogían este viernes testimonios de vecinos con todo listo para huir en caso de que las cosas se pusieran peor. Algunas oficinas públicas y escuelas ya han cerrado sus puertas y los condados más expuestos comenzaron las evacuaciones obligatorias.
Las autoridades esperaban el impacto para las primeras horas del sábado. Si la tormenta se convierte en un huracán, como está previsto, será el primero de la temporada —que va desde junio hasta noviembre— en el Atlántico. Más de 16.500 usuarios están sin electricidad desde el jueves por la mañana, según ha informado indicó el proveedor energético Entergy Louisiana.
El presidente de EE UU, Donald Trump, declaró el estado de emergencia y el gobernador ordenó el despliegue de 3.000 efectivos de la Guardia Nacional, un tercio de los cuales se concentrará en Nueva Orleans. Varios vuelos han tenido que ser cancelados, con largas colas en los aeropuertos de clientes que dudaban si podrían finalmente viajar