Bardem: Mi generación debe apoyar a los jóvenes sin miedo de decir «se acabó» - 800Noticias
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EFE

Javier Bardem, que presenta en el Festival de San Sebastián el documental «Santuario» a favor de la campaña de Greenpeace para defender la Antartida, cree que su generación, los que tienen 50, deben «apoyar a los jóvenes que lo tienen muy claro y no tienen miedo de decir ‘se acabó'».

«Ellos no tienen cómo comparar con otro modo de vida que no sea el que han visto hasta ahora y no tienen miedo de decir ‘se acabó: hay que tirar la casa, reconstruirla entera y vivir de otra manera, porque como habéis hecho hasta ahora -reflexiona en una entrevista con Efe-, no es que no funcione, es que nos lleva a la extinción».

Bardem y el director del documental Álvaro Longoria, que ya trabajaron juntos en «Hijos de las nubes», están convencidos de que ambos documentales están hilvanados.

«Si ya es difícil vivir en esa tierra infernal donde están desplazados los saharauis no me quiero imaginar cómo estarán en unos años», señala Bardém sobre la evidencia del cambio climático, a lo que Longoria añade que «ya está afectando».

«Es en los extremos donde se ve el cambio climático, igual en los glaciares que en la Antártida, aquí no cambia mucho nuestro día a día porque suban un poco las temperaturas, pero ese mismo aumento en la Antártida hace que se derritan los casquetes polares», se lamenta.

Ambos están muy afectados tras el viaje que, junto a Carlos Bardem, hicieron a principios del año pasado a bordo del rompehielos de Greenpeace Arctic Sunrise para ayudarles a conseguir 1,8 millones de firmas que necesitaban para «hacer ruido» y conseguir que 26 países apoyasen la creación un santuario de un radio de una milla naútica para proteger las especies marinas.

El actor, que se atrevió a bajar con un pequeño submarino a los fondos congelados del océano, asegura -y solo hay que verle la cara al llegar a cubierta- que en las profundidades se quedó «tomado por algo más grande que las palabras y que los adjetivos».

«Estaba golpeado por lo que había visto y por la experiencia de haber estado viendo tanta vida al tiempo que me dolía ver lo que estábamos haciendo. Era casi al final del viaje y ya tenía más información y subí dolido porque no es nuestro, no es justo».

Su implicación fue tal que fue capaz de abrirse una cuenta de Twitter, a pesar de su ya conocida «alergia» a las redes sociales, de las que opina que esconden «mucho anonimato y mucha bilis» y esta @BardemAntartic aún sigue abierta.

Se felicita de que ser famoso sirva, además de para conseguir mesa en un restaurante, «y no siempre», se ríe, para «ayudar a que los que saben hablar y tienen conocimientos puedan expresarse».

«Es verdad que una parte interesante del documental -agrega Longoria- es el análisis de cómo se hace una campaña de un grupo como Greenpeace, que nació basada en conseguir una foto, y que los tiempos han superado totalmente. Nosotros somos un experimento para ellos, que no lo habían hecho antes».

Y funciona. En el documental se ve, a tiempo real, cómo cada vez que se sube un vídeo, un tuit, las firmas suben, y lo hicieron hasta casi llegar a los tres millones.

No tuvo un final feliz, porque Rusia, China y Noruega rechazaron el proyecto, pero sí sirvió para que muchas ONGs se pusieran de acuerdo, orquestadas por Greenpeace, para que exigieran a la ONU un tratado de los océanos que no existía antes y que tuvo en cuenta todos los estudios que se hicieron en el viaje de «Santuario».

«Si no es este año, será al año que viene, pero hay esperanza de que se cree ese santuario», afirma Bardem.

Para el ganador de un Óscar, de toda esta lucha queda que «los dirigentes de este planeta están sensibles y con el oído alerta a las manifestaciones de gente muy joven».

Como la activista Greta Thumberg y los Fridays For Future, o los Extension Rebelion, que «están dando mucha caña en la calle y que son sus futuros votantes y sus futuros consumidores, que es lo único que les importa».

En ese sentido, resume que los «negacionistas» lo son «porque tienen sus propias ambiciones».

Después de la proyección, Bardem entregará el premio Lurra de Greenpeace a la película del certamen que mejor refleje «los valores de la defensa del medio ambiente y la paz».

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