Bachelet: Covid-19 no es excusa para la tortura o maltrato
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Este viernes 26 de junio se conmemora el Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, que evoca la fecha en que, en 1987, entró en vigor la Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Por tal razón, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se pronunció a través de su cuenta en Twitter e instó a todos los Estados a que «defiendan los derechos humanos de las personas detenidas en todo el mundo».
«Las medidas de emergencia del Covid-19 no son excusa para la tortura o el maltrato de los detenidos», sentenció.
En el Día Internacional en apoyo de las víctimas de la tortura, insto a todos los Estados a que defiendan los derechos humanos de las personas detenidas en todo el mundo. Las medidas de emergencia #COVID19 no son excusa para la tortura o el maltrato de los detenidos.
— Michelle Bachelet (@mbachelet) June 26, 2020
Bajo #COVID19, existen vías para manejar las restricciones con respeto a las normas de derechos humanos y protección de los refugiados, incluyendo el principio de no devolución, a través de cuarentena y controles de salud.
— Michelle Bachelet (@mbachelet) June 26, 2020
En Venezuela, la tortura es un delito establecido la Ley Especial para Prevenir y Sancionar la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, vigente desde el 22 de julio de 2013.
No obstante, algunas organizaciones defensoras de derechos humanos en el país han documentado los tipos de torturas que han empleado los funcionarios de seguridad del Estado contra algunos disidentes presos.
Un informe del Alto Comisionado publicado en junio de 2018 reporta que las torturas y malos tratos que pudieron documentar comprendieron: descargas eléctricas, golpes fuertes -por ejemplo, con tubos de metal y bates de béisbol- violaciones y otras formas de violencia sexual, asfixia con bolsas de plástico y productos químicos, simulacros de ejecución y privación de agua. Los detenidos eran también sometidos a temperaturas frías y/o a luz eléctrica constante, eran esposados y/o se les vendaban los ojos durante largos períodos y recibían amenazas de muerte e insultos.
Según los testimonios recogidos por la Cidh, en el país hay un enseñamiento y crueldad contra los militares señalados de ser desertores o traidores.
Con información de EfectoCocuyo.com