Autorizan trasladar una elefanta de zoológico argentino a santuario en Brasil
EFE
El Ministerio de Ambiente Argentino habilitó este miércoles el traslado de la elefanta Kenia, que se encuentra en el antiguo zoológico de la ciudad Mendoza, ahora ecoparque, a un santuario de elefantes ubicado en el estado de Mato Grosso, en Brasil, informaron fuentes oficiales.
En una nota de prensa, la cartera ministerial especificó que el permiso otorgado para trasladar al animal -de origen africano, con 41 años y que está en Mendoza desde que fue llevada de muy pequeña procedente de un zoológico alemán-, tiene vigencia por un año para garantizar el período de adaptación al transporte y cuidar de su integridad física.
Son necesarias varias semanas para que el animal se acostumbre a permanecer en el contenedor de 5 metros de largo, 2 metros de ancho y 3,20 metros de altura que se utilizará para el viaje.
En total, se estima que el viaje -con fecha aún por determinar- demore 5 días para recorrer los 3.228 kilómetros que separan Mendoza de Mato Grosso, en un camión especialmente acondicionado.
Cada tres horas será necesario una parada técnica para alimentar a la elefanta, darle un descanso y sobre todo, monitorear su salud.
La Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza será responsable del tránsito interjurisdiccional y transporte del ejemplar.
En Brasil ya se encuentran las elefantas asiáticas Pocha y Guillermina, que también estaban en Mendoza y fueron trasladadas en 2021; y Mara, quien fue llevada desde Buenos Aires al santuario brasileño en 2020.
El Gobierno de la provincia de Mendoza especificó que en el ecoparque mendocino aún permanece Tamy, el último elefante que también deberá ser trasladado más adelante.
Ese santuario brasileño cuenta con 1.100 hectáreas de colinas y pequeños valles, con sabanas y laderas similares a los ecosistemas africanos y asiáticos de los que proceden estos grandes mamíferos.
Este ambiente cuidado fue creado en 2015 para acoger a elefantes recogidos de circos y zoológicos, y le ofrece a sus huéspedes una amplia área con vegetación natural cercada por tubos de acero, sin sistemas eléctricos o alambres de púas que pudieran herir a los animales, y además conviven con otras especies en el mismo ecosistema.
